RelámpagO
Esclarece
la bóveda el relámpago
apenas un segundo.
Ni siquiera interrumpe
nuestro diálogo insomne
en el patio de agosto.
Nadie hace alusión al resplandor.
Tampoco un trueno lo subraya. Pasan
los minutos, las horas, sin que vuelva
a repetirse. El cielo está estrellado,
nada en el aire, nada en la naturaleza
presagia una tormenta. Y no obstante,
a veces la mirada se nos pierde
en el abismo, en pos
de aquel relumbre
furtivo, y tan fugaz que ya dudamos.
El eco del relámpago
ya sólo existe dentro de nosotros
De su libro
Cosas que apenas pasan
Hiperión 2008
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El Toro de Barro
abierta, la luz, la calefacción
encendidas. Hay un poco de vino
en la alacena, el café está reciente
por si me demoro y te vence el sueño.
Acaso estés aquí cuando regrese,
arropada en el sofá con mi manta
de viaje, reconfortada, quizá
complacida del mundo en su belleza,
sabiendo que hay una técnica pura
en esta maravilla de estar vivo.
Y si no estás, bendito sea el tiempo
en que estuviste. Sólo he de abrir
los postigos para que fluya el agua
llovida en la memoria. La luz, pronto,
dejará en las paredes una sombra
que llamará en sus labios con tu nombre,
contenta de estar en casa de nuevo.
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Juan Ramón Mansilla
1 comentario:
Es un poema muy bello, tiene una melodía que atrapa, lo envuelve una atmósfera de misterio que refleja nuestro interior, nuestros deseos, ese eco inaudible del relámpago que desata las tormentas que llevamos dentro. ¡Precioso!
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