El Toro de Barro

El Toro de Barro

viernes, 31 de agosto de 2012

"Como el toro he nacido para el luto", de Miguel Hernández...

 

 

Miguel Hernández

  Como el toro he nacido para el luto







Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en la ingle con un fruto.

Como el toro lo encuentra diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.

Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.

Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.


 

Otros poemas de Miguel Hernández


 























jueves, 30 de agosto de 2012

"La voz de las mujeres acalladas", cantos anónimos de amor de mujeres afganas, por Clara Janés

Mujeres acalladas de Pakistán

Anónimo afgano
Cantos afganos de amor



(Versión de Clara Janés )



Ya está aquí el maldito gallo y su triste canto de partida,
Y mi amante se va como un pájaro herido. 

*
A tu lado soy hermosa, boca tendida, brazos abiertos.
Y tú, como un cobarde, te dejas mecer por el sueño. 

*
Si buscas el calor de mis brazos, debes arriesgar la vida,
Pero si estimas tu cabeza, abraza el polvo en vez del amor. 


Dame la mano, amor mío y partamos a los campos
Para amarnos o caer juntos bajo las cuchilladas.


¡
Oh, amor mío! Si tiemblas tanto en mis brazos,
¿Qué haras cuando el entrechocar de las espadas se convierta en mil relámpagos? 


Vuelve acribillado por las balas de un tenebroso fusil, amor,
Yo coseré tus heridas y te daré mi boca. 

*
¡
Rápido, amor mío, quiero ofrecerte mi boca!
La muerte ronda por la aldea y podría llevárseme. 

*
Mi amor, abre mi tumba y contempla
El polvo que cubre la hermosa ebriedad de mis ojos. 


En secreto ardo, en secreto lloro,
Soy la mujer pashtuna que no puede desvelar su amor. 

Tómame primero entre tus brazos, estréchame,
Sólamente después podrás anudarte a mis muslos de terciopelo. 


Ven y sé una flor en mi pecho
Para que pueda refrescarte cada mañana con un estallido de risa. 


Uno muere de deseo de verme un instante,
otro me echa de la cama diciendo que tiene sueño. 


¡
Aprende a comer mi boca!
Coloca primero los labios, luego fuerza dulcemente la línea de mis dientes.

*
Brisa que soplas del otro lado de las montañas donde combate mi amante,
¿Qué mensaje me traes?

El viento le responde:


El mensaje de tu lejano amante es este olor a pólvora de cañón.

Y este polvo de las ruinas que arrastro conmigo. 

*
Es primavera, aquí las hojas crecen en las ramas.
Pero en mi país los árboles han perdido las ramas bajo el pedrisco de las balas enemigas. 

*
Dios, ahora puedes volverme ciega:
Partido mi amante, no deseo ya ver otros rostros. 

*
Hermanas mías, anudaos los velos como cinturones,
Tomad los fusiles y partid hacia el campo de batalla.


 
Si no traes una herida en el pecho,
Seré indiferente, aunque lleves la espalda agujereada como un colador. 


Si me amas de verdad, amor mío,¡ parte a liberar nuestra tierra! Para siempre te pertenecera mi boca exquisita y tierna. 


El “pequeño horrible” no hace nada, ni el amor ni la guerra.
Por la noche, en cuanto tiene el vientre lleno, sube a la cama y ronca hasta el alba. 


Abre una brecha en el muro y bésame la boca,
El “pequeño horrible” es albañil y sabrá repararla. 


Si no sabías amar,
¿Por qué has despertado mi corazón dormido? 

Amor mío ven a saciar
al alazán de mi corazón que ha roto todas sus bridas. 


Montañas nos separan ahora,
Sólo los pájaros serán nuestros mensajeros, y sus cantos los presagios. 

*
Mi amante prefiere los ojos color de cielo
Y yo no sé dónde cambiar los míos color de noche. 

*
Tu amor es agua, es fuego.
Llamas me consumen, olas se me tragan. 

*
Si mi amante muere, ¡que sea yo su mortaja!
Así nos desposaremos juntos con el polvo. 

*
Un mártir es como un relámpago que brilla y se extingue.
El que muere en su casa no hace más que deshacer el lecho. 


Para ti el polvo, pero nunca más mi boca:
Te escondiste cuando los hombres partieron al combate. 


Ve a luchar a Kabul, amor mío,
Por ti conservaré intactos mi cuerpo y mi boca. 

*
¡
Oh recuerdo de mi amado, eres tú mi verdadero amante!
No me abandonas, y alivias mi corazón.







Del libro
La voz de las mujeres acalladas
Traducción de Clara Janés
Adama Ediciones 2008.


Grandes Obras de 
El Toro de Barro
PVP: 8 euros Pedidos a:
edicioneseltorodebarro@yahoo.es



Yo, que he sobrevivido a cien lanzas
y he hecho temblar el vientre
del desierto con uno solo de mis carros,
perdí ante tus ojos mi última batalla.
Ser cobarde en amor equivale a estar muerto.
Otros poemas de
Mercedes Escolano



"El Profeta", de Carlos Morales. De su Libro "S". Ilustración Leonardo da Vinci





 

 
 
 
 
 
 
 


«Jerusalén», de Carlos Morales del Coso


Steve Richard

Carlos Morales del Coso
(España, 1959)
Jerusalén



Cada vez que pienso en Jerusalén,
recuerdo el barro que nunca esculpí
con una mujer dentro
colgada de la luz,
apoyada en la luz,
penetrando en la luz de la mañana.

Y me pregunto
qué sería de las cúpulas doradas del dolor
si, en medio de la noche,
los dioses advirtieran el rumor
-por un instante solo-
de sus ágiles sandalias al costado.
Y me pregunto qué sería del miedo
si –por un instante sólo– 
sus ángeles quemaran su címbalo de guerra en la negrura 
y atentos escucharon a su espalda
el roce de su túnica al caer, 
                                                             así, 

                                                                              sobre la arena...

Oh, amigos, arriad la ira de vuestros caballos, 
y dejad que las flores extiendan sus cantos sobre vuestro pelo
para mojarlo luego con el arpa de agua del manso Kenereth,
pues sabed que tengo cosidos en los ojos los vientos de su boca,
la boca que aún me arrastra -vencido- sobre el viento
y las salmodias quiebran de los negros santuarios de la muerte 
mientras su dedo enciende las candelas  de mi corazón, 
                                                                               y no lo sabe...

Ay, amigos que habitáis en mi estrechura,
hela ahí alzando su hermosura sobre Jerusalén,
el barro que un día retuve tuve entre mis manos, 
el barro con yesca que no pude esculpir

                                                                               porque abrasaba...



 


Grandes Obras de

EToro de Barro
Carlos Morales, "Coexistencia (Antología de poesía israelí –árabe y hebrea– contemporánea”, Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed.
Carlos Morales, "Coexistencia (Antología de poesía israelí –árabe y hebrea– contemporánea”
Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed.
Tarancón de Cuenca, 2002.
PVP 10 euros.
Carlos Morales, "Coexistencia (Antología de poesía israelí –árabe y hebrea– contemporánea”, Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed.













miércoles, 29 de agosto de 2012

"Estar a salvo", de Üzeyr Lokman Çayci



Üceir Lokman Çayci

Estar a salvo






Cuando se le dijo que estaba a salvo,
significaba justamente que había nacido un niño.
El vecino,
con quien se hallaba en malos términos,
ha muerto al caerse de la escalera.
Los otros han testimoniado contra él
y ha sido juzgado y condenado
a pena de prisión.
Muchos años después,
totalmente agotado,
ha salido de la cárcel.
Entonces sus vecinos,
que habían dado testimonio contra él,
le dijeron que estaba a salvo.
Después de cierto tiempo,
su cuerpo se ha resistido a continuar
con la carga de la vida.
Respiraba difícilmente
en medio de sus penas,
y al final, ha sido hospitalizado.
Los médicos y enfermeras,
al pie de su lecho,
le han dicho que no presentaba un mal de cuidado,
así que bien podía soportarlas crisis del porvenir:
Estaba a salvo
y podía abandonar de inmediato el hospital.
La cadena de indiferencias y sufrimientos
que lo había perseguido hasta golpear a sus hijos,
terminó por partirlo en dos.
Un día,
solo en su casa,
se derrumbó sin fuerzas.
Entonces le volvieron a decir: “Estás a salvo”,
y se murió…





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© Üzeyr Lokman Çayci; © versión libre al español realizada por Mercedes Ortega y Manuel Guillermo Ortega sobre la traducción al francés de Yakup Yurt. Publicados el año 2006 en el suplemento literario Caribanía de LA CASA DE ASTERIÓN, editada por el departamento de idiomas de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad del Atlántico, en la ciudad colombiana de Barranquilla. El lector puede adentrarse en la revista utilizando el siguiente enlace:

http://casadeasterion.homestead.com/v6n24poeturc.html;