El Toro de Barro

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martes, 17 de noviembre de 2020

«Agua nocturna», de Octavio Paz


Octavio Paz

(México, 1914-1998)

Agua nocturna

 



La noche de ojos de caballo que tiemblan en la noche,
la noche de ojos de agua en el campo dormido,
está en tus ojos de caballo que tiembla,
está en tus ojos de agua secreta.
 
Ojos de agua de sombra,
ojos de agua de pozo,
ojos de agua de sueño.
 
El silencio y la soledad,
como dos pequeños animales a quienes guía la luna,
beben en esos ojos,
beben en esas aguas.
 
Si abres los ojos,
se abre la noche de puertas de musgo,
se abre el reino secreto del agua
que mana del centro de la noche.
 
Y si los cierras,
un río, una corriente dulce y silenciosa,
te inunda por dentro, avanza, te hace oscura:
la noche moja riberas en tu alma.


Otros poemas de

Octavio Paz

 

«La vida sencilla»

«La calle»

«Silencio»


Grandes Obras de 
EToro de Barro

PVP: 8 euros Pedidos a:
edicioneseltorodebarro@yahoo.es


Yo, que he sobrevivido a cien lanzas
y he hecho temblar el vientre
del desierto con uno solo de mis carros,
perdí ante tus ojos mi última batalla.
Ser cobarde en amor equivale a estar muerto.







Otros poemas de
 


"El Profeta", de Carlos Morales. De su Libro "S". Ilustración Leonardo da Vinci
El Buscador de Joyas
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

miércoles, 15 de julio de 2020

«Silencio», de Octavio Paz


Octavio Paz
(México, 1914-1998)
 Silencio
(leído Por José Sacristán el 16 de julio en el Palacio Real de Madrid y en presencia de sus majestades los Reyes de España don Felipe VI y doña Leticia en memoria de las víctimas del Coronavirus)


Así como del fondo de la música
brota una nota
que mientras vibra crece y se adelgaza
hasta que en otra música enmudece,
brota del fondo del silencio
otro silencio, aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende
y mientras sube caen
recuerdos, esperanzas,
las pequeñas mentiras y las grandes,
y queremos gritar y en la garganta
se desvanece el grito:
desembocamos al silencio
en donde los silencios enmudecen.




Grandes Obras de 
EToro de Barro

Carles Duarte,"El dios de la ternura” / Trad. de Carlos Morales / Col. «Cuadernos del Mediterráneo» / Ed. El Toro de Barro / Tarancón de Cuenca, 2005. / edicioneseltorodebarro@yahoo.es
Carles Duarte,"El dios de la ternura”
Trad. de Carlos Morales
Col. «Cuadernos del Mediterráneo»
Ed. El Toro de Barro,
Tarancón de Cuenca, 2005.
Carles Duarte,"El dios de la ternura” / Trad. de Carlos Morales / Col. «Cuadernos del Mediterráneo» / Ed. El Toro de Barro / Tarancón de Cuenca, 2005. / edicioneseltorodebarro@yahoo.es































martes, 5 de agosto de 2014

«La vida sencilla», de Octavio Paz

Poema Octavio Paz   (México, 1914-1998)  La vida sencilla; L. Ref: Ramón Andrés, Canción de un hombre feliz  Col. «Cuaderno del Mediterráneo»  Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed.  Tarancón de Cuenca, 2005.  edicioneseltorodebarro@yahoo.es


Octavio Paz
 (México, 1914-1998)
La vida sencilla



Llamar al pan el pan y que aparezca
sobre el mantel el pan de cada día;
darle al sudor lo suyo y darle al sueño
y al breve paraíso y al infierno
y al cuerpo y al minuto lo que piden;
reír como el mar ríe, el viento ríe,
sin que la risa suene a vidrios rotos;
beber y en la embriaguez asir la vida,
bailar el baile sin perder el paso,
tocar la mano de un desconocido
en un día de piedra y agonía
y que esa mano tenga la firmeza
que no tuvo la mano del amigo;
probar la soledad sin que el vinagre
haga torcer mi boca, ni repita
mis muecas el espejo, ni el silencio
se erice con los dientes que rechinan:
estas cuatro paredes —papel, yeso,
alfombra rala y foco amarillento—
no son aún el prometido infierno;
que no me duela más aquel deseo,
helado por el miedo, llaga fría,
quemadura de labios no besados:
el agua clara nunca se detiene
y hay frutas que se caen de maduras;
saber partir el pan y repartirlo,
el pan de una verdad común a todos,
verdad de pan que a todos nos sustenta,
por cuya levadura soy un hombre,
un semejante entre mis semejantes;
pelear por la vida de los vivos,
dar la vida a los vivos, a la vida,
y enterrar a los muertos y olvidarlos
como la tierra los olvida: en frutos…
Y que a la hora de mi muerte logre
morir como los hombres y me alcance
el perdón y la vida perdurable
del polvo, de los frutos, y del polvo.




Otros poemas de
Octavio Paz

«La vida sencilla»

«La calle»

 


 Grandes Obras de 
El Toro de Barro
Ramón Andrés, Canción de un hombre feliz   Col. «Cuaderno del Mediterráneo» Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed. Tarancón de Cuenca, 2005. edicioneseltorodebarro@yahoo.es
Ramón Andrés, Canción de un hombre feliz 
Col. «Cuaderno del Mediterráneo»
Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed.
Tarancón de Cuenca, 2005.
edicioneseltorodebarro@yahoo.es
 





















miércoles, 14 de mayo de 2014

«La calle», de Octavio Paz

Poema: Octavio Paz, La calle; L. Ref:  Vicente Gallego, La razón ebria  Col. «Cuaderno del Mediterráneo» Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed. Tarancón de Cuenca, 2003. edicioneseltorodebarro@yahoo.es
Octavio Paz
La calle


Es una calle larga y silenciosa.
Ando en tinieblas y tropiezo y caigo
y me levanto y piso con pies ciegos
las piedras mudas y las hojas secas
y alguien detrás de mí también las pisa:
si me detengo, se detiene;
si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie.
Todo está oscuro y sin salida,
y doy vueltas y vueltas en esquinas
que dan siempre a la calle
donde nadie me espera ni me sigue,
donde yo sigo a un hombre que tropieza
y se levanta y dice al verme: nadie.





Otros poemas de
Octavio Paz

«La vida sencilla»

«La calle»










 Grandes Obras de
El Toro de Barro
 Vicente Gallego, La razón ebria  Col. «Cuaderno del Mediterráneo» Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed. Tarancón de Cuenca, 2003. edicioneseltorodebarro@yahoo.es
Vicente Gallego, La razón ebria 
Col. «Cuaderno del Mediterráneo»
Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed.
Tarancón de Cuenca, 2003.
edicioneseltorodebarro@yahoo.es