El Toro de Barro

El Toro de Barro

lunes, 28 de diciembre de 2020

«De Rimbaud», de Damià Huguet

 


Damià Huguet

(España, Mallorca 1946-1996)

  De Rimbaud

Traducción Carlos Vitale

Y su blog Carrer de la Marina

 



 
De Rimbaud te he hecho un vestido
y, hoja por hoja, he cubierto tu cuerpo.
Ahora me siento desnudo sobre un terrón,
y escribo, sobre un pie, este deleite.

Vuelan los cuervos con un poema en el pico.





Grandes Obras de 
EToro de Barro
Viento fresco es, sin duda, el libro más atrevido del poeta Jesús MunárrizPublicado en el año 2000, le sirvió al director de la prestigiosa editorial HIPERIÓN para escenificar un gesto de complicidad de los primeros momentos de creación literaria con el movimiento postista, a cuyos líderes de su "segunda hora" -en especial Gabino-Alejandro Carriedo- le unió una estrecha amistad. 











































miércoles, 23 de diciembre de 2020

«Boceto para un cuento de navidad», de Daniel Grustán


 Daniel Grustán

(España, Aragón, 1959)

  Boceto para un cuento de navidad

 

 

Un hombre solo en su casa;
afuera se oyen villancicos y tras los cristales se perciben los
reflejos de luces encendiéndose y apagándose, 
las risas apagadas tras los tabiques.
Ha consumido gran parte de la botella.
Los recuerdos se agolpan en su cabeza: aquellas fiestas con una familia a la que dio
la espalda cuando la fortuna y la belleza desbordaban en sus espejos;
sus amantes más apasionadas, que pronto le abandonaron cuando la suerte cambió.
Después de horas y whiskies, el cansancio le acomete y sueña que todo puede cambiar,
quizá exista en realidad ese ángel, ese ser celestial que le perdone y cambie de nuevo
las cosas, tal y como deberían ser. Percibe un rumor entre sueños cerca de la chimenea,
que le hace esbozar una cómplice sonrisa de felicidad.
El ladrón no puede creer que se lo pongan tan fácil. Casi dulcemente le rebana el cuello  y empieza a rebuscar por la casa.


Grandes Obras de
EToro de Barro

Ángel Crespo, "Oculta transparencia" (Antología 1950-1959), Introd. Toni Montesinos Gilbert. Ed. El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2000.

PVP: 8 euros Pedidos a:
















sábado, 19 de diciembre de 2020

«Cántame la nana, madre de mis sueños», de Giuseppina Palo

 

Giuseppina Palo

(Italia, Éboli, 1965)

    Cántame la nana, madre de los sueños

Traducción de Carlos Vitale y su blog Via Sole

 

Los guijarros de la playa en invierno
brindaban con cálices de espuma
y el burbujeante ritmo de los pasos marinos
balanceaba nuestros besos conmovidos.
 
El tiempo de pasar a otro período
con melocotones, sandías y flores ya frutos;
el tiempo de advertir el pasaje en los campos de trigo,
segados a cántaros por una lluvia mecánica,
 
mi distancia cada vez más
en la añoranza de la salinidad invernal
mezclada con labios deseosos
en los crepúsculos mediterráneos...
 
¡Yo quiero sus besos!
...sus besos me recuerdan las cerezas
en aquellos campos estivales cepillados de blanco,
donde árboles solitarios, cubiertos de musgo, beben rocío;
 
donde el viento leve delira de alegría
tocando las rojas amapolas y la luna;
cuando luego un ronco canto, en débiles notas, 
 vierte el crepúsculo entre los brazos de la noche.


 Grandes Obras de
EToro de Barro
Carlos Edmundo de Ory Noches dantescas  Col. La piedra que habla Carlos Morales ed. Ediciones El Toro de Barro Tarancón de Cuenca 2000 edicioneseltorodebarro.yahoo.es
Carlos Edmundo de Ory
Noches dantescas

Col. La piedra que habla
Carlos Morales ed.
Ediciones El Toro de Barro
Tarancón de Cuenca 2000
edicioneseltorodebarro.yahoo.es

  






















«La mecedora», de Carlos Morales del Coso

 

Carlos Morales del Coso

(España, 1959)

  La mecedora

 Para Hugo, mi nieto

(17-12-2020)

 

 
Yo sé de una mecedora que apenas si se mueve
en las estancias perfumadas de mi corazón. 
Cuando la noche rozaba con sigilo las ventanas
para colgarse en las rejas del atardecer
yo escuchaba  sus quejidos
tras la puerta cerrada en que todo quieto estaba 
junto al aire. Aún subo con frecuencia 
al suelo perdido al que de niño acudía
para escuchar al abuelo mecerse sobre su mecedora
solitaria, frente a ese ventanuco abierto
sobre las paredes morenas de mi pecho, 
como si fuera un lienzo olvidado entre las rosas.
Con un candil en la mano, igual que cuando entonces, 
atravieso de nuevo el pasillo que antaño dejaban 
los opulentos sacos de maíz, y me detengo 
en el baúl en que mi abuela Lila guardaba los libros de la escuela 
de los cinco hijos que le guardó la vida, 
y me quedo mirando la puerta que daba al palomar secreto 
donde no entraba nadie, y allí me siento 
en la dulce mecedora donde mi abuelo duz*
dejaba caer todo su cansancio,
ahora soy yo quien de atrás a adelante se columpìa sobre el mimbre
como una luna cosida a la perplejidad del cielo
con una cinta de seda, y no sé qué decir, y no sé cómo alzar 
el alma para que sus cabellos  
se tensen y tañan como las guitarras silenciosas
de todo cuanto fue,
y para colmo ahora viene un niño que no se peina nunca,
un niño que sube a cuatro gatas los escalones que le separan
de un mundo misterioso en el que quiere meter la cabeza
como si fuera una alacena llena de almendrucos y pajarillos blancos, 
el niño que yo fuí, el niño que yo era,
el pequeño muchacho que bizquea 
y tócame las manos y las besa y cuéntame las cosas de su escuela,
el lunar que Lucía llevaba bordado en uno de sus párpados,
el pequeño muchacho
que escalaba los felices naranjales
pues quería abrir las jaulas del cielo
y atrapar para ella el jilguero que silbaba todas las mañanas.
Y el muchacho entonces se sienta en el suelo
como un indio apache, 
y me toca las manos y las huele, así como yo
con mi boca rozaba las manos peludas de mi abuelo 
cuando dejó de cantar
y ladeó su cabeza para siempre, 
como si en el aire inmóvil tranquilo se durmiera. 
Entonces yo me inclino hacia el niño que fuí,
Y le beso en la frente
y le beso en el pecho, y le pido perdón y también le perdono,
Y él se queda absorto cuando me ve marchar, camino de esa luz
que en el viento me aguarda y hacia el fondo me lleva,
el muchacho entonces se duerme escuchando el rumor 
de esa  mecedora silenciosa 
que no deja de agitarse en el estante vacío de mi corazón,
igual que cuando yo, 
igual que cuando era...


________
* Duz.- Dulce. Adjetivo muy utilizado en los tiempos pasados en Andalucía y en La Mancha.



Andrei Zadorine





Grandes Obras de 
EToro de Barro
Masrgalith Matitiahu, "Kamino de tormento", Col. Kuadrinos Sefardíes, Ed. El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2000.
Margalit Matitiahu "Kamino de tormento".
Col. Cuadernos del Mediterráneo.
Antología de la poesía del Holocausto.
Ed. El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2000.
carlosmorales59@gmail.com
Masrgalith Matitiahu, "Kamino de tormento", Col. Kuadrinos Sefardíes, Ed. El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2000.



 






















«A tí, con amor», de Vinicius de Moraes

 


Vinicius de Moraes

(Brasil, 1913-1980)

  A ti, con amor

Traducción de Marco Antonio Bohórquez Martínez

Por gentileza de Carlos Vitale y su blog La Reversible

 
 
El amor es el murmullo de la tierra
cuando las estrellas se apagan
y los vientos de la aurora vagan
en el nacimiento del día…
El sonriente abandono,
la lúcida alegría
de los labios, de la fuente
y de la ola que arremete
del mar…
 
El amor es la memoria
que el tiempo no mata,
la canción bienamada
feliz y absurda…
 
Y la música inaudible…
 
El silencio que treme
y parece ocupar
el corazón que teme
cuando la melodía
 
del canto de un pájaro
parece anidar…
 
El amor es Dios en plenitud
la infinita medida
de los regalos que vienen
con el sol y con la lluvia
sea en la montaña
sea en la planicie
la lluvia que corre
y el tesoro esperando 
 en el fin del arcoíris.



Grandes Obras de

EToro de Barro
Carlos Morales, "Coexistencia (Antología de poesía israelí –árabe y hebrea– contemporánea”, Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed.
Carlos Morales, "Coexistencia (Antología de poesía israelí –árabe y hebrea– contemporánea”
Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed.
Tarancón de Cuenca, 2002.
PVP 10 euros.
Carlos Morales, "Coexistencia (Antología de poesía israelí –árabe y hebrea– contemporánea”, Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed.

















miércoles, 16 de diciembre de 2020

«L´albatros», de Alda Merini

 

Therese Duncan on the Acropolis,1  Athens, 1921, por Edward Steichen 

Alda Merini

(Italia, 1931-2009)

  L’albatros

Traducción de Carlos Vitale

En Via Sole blog.

 

 
Yo era un ave
de blanco vientre gentil,
alguien me cortó la garganta
para reírse,
no lo sé.
Yo era un albatros grande
y revoloteaba sobre los mares.
Alguien ha detenido mi viaje,
sin ninguna caridad de sonido.
Pero incluso tendida en el suelo
yo canto ahora para ti
mis canciones de amor.



Grandes Obras de 
EToro de Barro 


Amador Palacios
ESTANCIAS
Col. Cuadernos del Mediterráneo
El Toro de Barro
Tarancón de Cuenca, 2005.