Campanario del Convento de San Bernardo (Argentina) |
Estudio, selección y notas de Carlos Morales.
(En preparación)
Uri Zvi
Grinberg
(1891-1981)
Bajo el diente del
arado
Bajo el diente del
arado
La nieve ha vuelto a derretirse,
pero los asesinos son ahora labradores.
Salen y labran su campo,
el mismo camposanto donde mi gente yace.
Con el diente de su arado han desenterrado
y volcado sobre el surco
uno de mis esqueletos.
No se aflige el labrador, no se espanta, continúa su tarea
y sonríe al reconocer la huella de sus herramientas.
La primavera ha llegado deslumbrante:
capullos, flores, pájaros que cantan,
rebaños sesteando al lado del arroyo
de aguas mansas y brillantes.
Ya no hay judíos errando en el camino con sus barbas y sus trenzas.
No se les ve rezar en las posadas con los flecos de su chal
cayendo sobre la camisa,
ya no venden en sus baratillos vestidos o pitanza,
ya no pasean por los mercados ni se acercan a la sinagoga
pues el arado del gentil se cierne de continuo sobre ellos.
El Señor se ha derramado majestuosamente sobre los cristianos.
La primavera es en verdad una primavera
y el verano que anuncia parece exhuberante.
Los árboles despliegan su esplendor en la orilla del camino
como si hubieran crecido en un jardín.
Nunca estuvieron tan rojos los frutales como ahora
que no hay judíos ya.
Y es que los judíos no tenían campanas para cantar a Dios.
Benditos los gentiles porque tienen esbeltos campanarios.
Ahora, en primavera, su son flota por toda la llanura,
y se arrastra tranquilp sobre el vasto paisaje de luz y de perfumes
dominándolo todo con su majestdad,
en cualquier lugar se escuchan sus tañidos,
no como entonces,
cuando serpenteba por los tejados judíos...
Benditos sean los cristianos
por sus altas campanas
con que glorian al Señor
que les protege...
Reposan los judíos bajo el diente del arado,
o debajo de los pastizales,
o en las zanjas del bosque,
o al borde de un camino,
en la orilla del torrente,
...o en su hondura.
Otros poemas
de Uri Zvi
Grinberg
Grandes Obras de
El Toro de Barro
Carlos de la Rica, "Yad Vashen”
Col. «Biblioteca Internacional del Holocausto»
Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales Ed.
Tarancón de Cuenca, 2000.
PVP 8 Euros
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El Toro de Barro edicioneseltorodebarro@yahoo.es |
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1 comentario:
Me reconozco también en esta tradición: poesía que aúna la desesperación y el modernismo anglosajón: tan distinto del nuestro, clarísimo; tan actual y duro como ahora es duro leer un periódico abarrotado de nuevos fascistas que queman y queman el día y las noches. No puedo enterrarme en Ucrania, no suelo bajar (cargado como un Sísifo inverso) la Escalera de la Muerte. Las palabras de mi tía Mercedes, de mi abuela Salecitas; los discursos de mi tío Manuel (después de lobotomizado por orden de un falangista demasiado envidioso como para no mandar muerte en vida): esta otra tradición, de igual raíz, crece en mis palabras como tierra desposeída. Compartir es nuestro destino: la generación de los hijos de la barbarie junto a la generación de los nietos del silencio. Sigamos caminando detrás de la luz que todas las víctimas se van dejando, oliéndola como sabuesos desdentados con manos de dentista y de poeta. Sigamos: no es una orden, sino un oficio. Un abrazo.
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