Jeanloup Sieff.
Alberto Caeiro
El guardadoR de rebaños
(II)
(Traducción de Juan Carlos Villavicencio)
Mi mirada es nítida como un girasol.
Tengo la costumbre de andar por los caminos
mirando a la derecha y a la izquierda,
y de vez en cuando mirando hacia atrás...
Y lo que veo a cada momento
es aquello que nunca había visto antes,
y por eso sé dar con generosidad...
Sé tener el pasmo esencial
que tiene un niño si, al nacer,
repara que de veras ha nacido…
Me siento nacido a cada momento
para la eterna novedad del Mundo...
Creo en el Mundo como en una margarita,
porque lo veo. Pero no pienso en él
porque pensar es no comprender…
El mundo no fue hecho para que lo pensáramos
(pensar es estar enfermo de los ojos)
sino para mirarnos en él y estar de acuerdo...
Yo no tengo filosofía: tengo sentidos...
Si hablo de la Naturaleza no es por saber lo que ella es,
sino porque la amo, y la amo por eso,
porque quien ama nunca sabe lo que ama
ni sabe por qué ama, ni lo que es amar...
Amar es la inocencia eterna,
y la única inocencia es no pensar…
Tengo la costumbre de andar por los caminos
mirando a la derecha y a la izquierda,
y de vez en cuando mirando hacia atrás...
Y lo que veo a cada momento
es aquello que nunca había visto antes,
y por eso sé dar con generosidad...
Sé tener el pasmo esencial
que tiene un niño si, al nacer,
repara que de veras ha nacido…
Me siento nacido a cada momento
para la eterna novedad del Mundo...
Creo en el Mundo como en una margarita,
porque lo veo. Pero no pienso en él
porque pensar es no comprender…
El mundo no fue hecho para que lo pensáramos
(pensar es estar enfermo de los ojos)
sino para mirarnos en él y estar de acuerdo...
Yo no tengo filosofía: tengo sentidos...
Si hablo de la Naturaleza no es por saber lo que ella es,
sino porque la amo, y la amo por eso,
porque quien ama nunca sabe lo que ama
ni sabe por qué ama, ni lo que es amar...
Amar es la inocencia eterna,
y la única inocencia es no pensar…
1925
II
O meu olhar é nítido como um girassol. / Tenho o
costume de andar pelas estradas / Olhando para a direita e para a esquerda, / E
de vez em quando olhando para trás... / E o que vejo a cada momento / É aquilo
que nunca antes eu tinha visto, / E eu sei dar por isso muito bem... / Sei ter
o pasmo essencial / Que tem uma criança se, ao nascer, / Reparasse que nascera
deveras... / Sinto-me nascido a cada momento / Para a eterna novidade do
Mundo... // Creio no Mundo como num malmequer, / Porque o vejo. Mas não penso
nele / Porque pensar é não compreender... / O Mundo não se fez para pensarmos
nele / (Pensar é estar doente dos olhos) / Mas para olharmos para ele e
estarmos de acordo… // Eu não tenho filosofia: tenho sentidos... / Se falo na
Natureza não é porque saiba o que ela é, / Mas porque a amo, e amo-a por isso,
/ Porque quem ama nunca sabe o que ama / Nem sabe porque ama, nem o que é
amar... // Amar é a eterna inocência, / E a única inocência é não pensar...
Nuestro agradecimiento a
la revista
Descontexto, y a su director
y traductor de este poema sabio, el poeta chileno
Juan Carlos
Villavicencio.
1 comentario:
Dice verdades monumentales y rotundas, con una sencillez que sólo puede emanar de la sabiduría:
"... porque quien ama nunca sabe lo que ama
ni sabe por qué ama, ni lo que es amar...
Amar es la inocencia eterna..."
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