Primera guerra mundial
Arturo Tendero
(España, La
Mancha, 1961)
Cucarachas en la cochera
Al
madrugar un día,
en
la hora fronteriza,
cuando
enciendo la lámpara,
descubro
la invasión.
Están
por todos lados y me escrutan,
relucientes
y negras,
hermosas
a su modo subterráneo.
Entonces,
¿qué me pasa? Desenfundo
y
empiezo a ametrallarlas
con
el insecticida,
una
por una, a bocajarro, sordo
a
mi instinto de paz, mi presunción
de
hombre dialogante,
el
miedo a envenenarme envenenando.
Acabo
y, solo entonces, poco a poco,
voy
volviendo a ser yo.
Ante
mí, sobre el campo de batalla,
reina
el silencio, apesta
con
su perfume aséptico la muerte.
Me
noto el dedo índice mojado
y
sé que aunque me lave y enjabone
no
borraré el estigma.
Los
campos de exterminio, las matanzas
de
indios, japoneses e iraquíes,
desde
la Iliada al videojuego último,
empezaron
así,
con
este mismo impulso de un humano
que
siente repugnancia,
un
miedo indigno,
y
se aferra frenético al gatillo
creyendo
que es la mano de mamá.
Grandes Obras de
El Toro de Barro
Teo Serna, "El labernto de los dioses”
Ed. El Toro de Barro,
Tarancón de Cuenca, 2005.
carlosmorales59@gmail.com
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