El Toro de Barro

El Toro de Barro

martes, 30 de septiembre de 2014

«Hay que morir», de Salvador Negro


Poema HAY QUE MORIR, de Salvador Negro. Libro de Referencia: Marga Clark, "Auras", Ed. El toro de barro, Carlos Morales Ed. Tarancón de Cuenca 2001
Autor desconocido


Salvador Negro 
(España)
Hay que morir


Sé qué hay que levantarse, hay que morir,
sé que debemos ver a nuestra madre inmóvil
ante la muerte que la cerca, sé que debo actuar
como si la belleza pudiese con la herida
de morir diariamente, de morir en los otros
como muero en mí mismo, sé que debo luchar
por algo que no es sino ceniza, que a los días
-que cuando yo me muera no habrán sido,-
les debo mi valor, el uso de mis manos.
Pero a veces quisiera como definitivamente
soltar el lastre enfermo de las horas,
precipitar la noche en que seremos
total oscuridad, llenos de nada.




Otros poemas de
Salvador Negro


 

 Grandes Obras de
El Toro de Barro
Marga Clark, "Auras", Ed. El toro de barro, Carlos Morales Ed. Tarancón de Cuenca 2001
Agotado
"El Profeta", de Carlos Morales. De su Libro "S". Ilustración Leonardo da Vinci











 
 
 
 
 
 

5 comentarios:

Mery Sananes dijo...

Terrible poema que describe con creces el desvivir del que estamos hechos. Son en verdad la casi totalidad de los días. Salvo que la resistencia logra quebrar ese designio. Y ese poema de Salvador deja btestimonio de ello. Ese expediente no se habrá de convertir en nada, Es un testigo que, como nos pedia León felipe, se entrega al corredor de relevo, como señal luminosa para un porvenir que no veremos.

Jorge Rodriguez Hidaldo dijo...

Magnífico poema.¿Seremos capaces de haber sido, nada más, y que nos baste?

Salvador Negro dijo...

Muchas gracias, amigo; de alguna forma me rescatas a mí también con el poema, de eso que no cesa, y de lo que no puede cesar. Este poema le gusta mucho a un poeta hermano mío, Antonio Agudelo. Un fuerte abrazo.

Angels Pal dijo...

Gusta a muchos más, que no somos poetas . Gracias es un poema que penetra hondo .

Eugenio Marcos Oteruelo dijo...

Y...yo que pensaba que habías venido para salvarnos