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Cantos de la Creación
Un viaje literario por la conciencia
que el hombre alcanzó a tener de sí
como una creación a imagen y semejanza de los dioses...
Estos son los enlaces:
Versión de Teresa Soria
Trostoy
Versión de Reina Valera
Versión de Miguel Ángel
Asturias
Versión de Carlos Morales
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11 comentarios:
El "Arquitecto" : "El cazador de uno mismo que rechaza la construcción" es decir todo un sistema de correspondencias, de ordenación, jerarquización de los espacios, de elementos estructurales: color, material, función, distribución... El poeta, ese "cazador" trabaja la escritura posible, la precisión poética, desacraliza las palabras, "restar todas las opciones del Uno", de ese poder inmóvil, hasta que quede sólo "el arte de la voluntad", esa sensación placentera del movimiento, de la libertad "la escritura posible", "construir para escarbar". Hermoso poema de Iván Humanes. Gracias Carlos Morales del Coso por permitirnos "viajar" por estos poemas. Un abrazo, estimado poeta.
La creación como un acto de la inteligencia, y no del amor o de cualquier otra emoción sea cual sea su origen y su naturaleza: esa es la gran declaración poética del joven poeta español Iván Humanes en su ARQUITECTO, que sirve también como una imagen perfecta del equilibrio interior que subyace en todo lo creado, desde el mundo a un poema humilde.
Techo del hombre y aurora de que se alumbraron seres iguales o mejores a nosotros hoy es solo un huevo hueco, una palabra que trasporta evocadora a un pasado mejor y ya no a un mañana mejor .La vida se va...También los dioses mueren, solo nos queda evocar en palabras asombradas este fenómeno .Nada es perdurable, solo necesitamos ser sostenidos en todo tiempo por deseos más grandes que nuestra pequeñez y esas manos que nos alzan del barro luego nos dejan caer inevitablemente, solo queda la imagen que entre lo grande y lo pequeño puede haber celebración y entendimiento.
"Techo del hombre y aurora de la que se alumbraron seres iguales o mejores a nosotros". Querido Hector, no se me ocurre otro modo mejor de contemplar los grandes mitos que han sido cuna de nuestra civilización, porque más que esta esté hoy sometido a un terremoto del que aún desconocemos la consecuencia final. Uno a uno, los dioses han sido derribados y arrojados al estercolero de la Historia, pero no ha ocurrido lo mismo con esa debilidad del conocimiento humano para dar explicación a la inquietud interior que llamamos "conciencia". Si eso ha de servir, en el futuro, para "la celebración y el entendimiento" está por ver. Bástenos para celebrar la belleza de lo que nos dejó la búsqueda de esas respuesta, sin afán de resucitar nada, ni de devolver vigencia a lo que ya murió. Es de lo poco que nos está permitido hacer, además de seguir partiéndonos la cara, y no solo las palabras, por un mundo tan justo como esquivo al que nunca sabremos si podemos llegar, pero que nos sigue llamando como a los
El deseo es superior a las personas y la ausencia a veces superior a la presencia. Nosotros ligados a la palabra como experiencia y alejados de los mitos vivientes disponemos de razones para tirar nuestros hilos de seda sobre el abismo, coincido y deseo al menos con vos un mundo tan justo como esquivo al que nunca sabremos si podemos llegar, pero que nos sigue llamando como a los hombres y mujeres del principio de los tiempos. Allí nos encuentra la vida......
No gusto demasiado de este tipo de, más que mitos, relatos creaticios aunque no dejan de interesarme tomados en su contexto. Trasplantados a la actualidad como literatura me producen la misma sensación que enfocar las pinturas paleolíticas como arte. Son, en mi opinión, representaciones del mundo en torno o, caso de tales relatos, fábulas que suplen carencias intelectuales en el conocimiento del mundo. Hoy, sigue siendo mi opinión, no tendrían sentido. Es el Big Bang. En cualquier caso, siempre me han interesado más los hombres que los dioses, esas excusas, esas esclusas.
Querámoslo o no, Juan Ramón, los mitos no han dejado de ser una de las fuerzas primigenias de la cultura del hombre. Ignorantes o no, lo que aquellos hombre y mujeres trataron de comprender y para lo que trataron de encontrar nombre, constituye el sustrato que ha alimentado lo peor y lo mejor de nuestra civilización; son, qué duda cabe, un espejismo en el que todavía hoy encuentran su argamasa una buena parte de las certezas -o de las creencias- de esta humanidad. Como amante de la literatura y de la historia, no puedo dejar sin cubrir este hueco en este modesto espacio que me brinda la red, ni tomar su presencia a beneficio de inventario: están ahí, y siguen estando ahí, porque el hombre, por naturaleza, precisa de dar forma a lo que desconoce. Su impacto en la literatura sigue siendo indudable, aunque quede a cada cual la libertad de valorarlo o de arrojarlo a una zanja o a un cubo de la basura. A nivel personal, eso es algo que yo nunca podría hacer, ni siquiera en estos momentos en que la civilización que conocemos parece condenada a la gehena. No es afán de conservación lo que me guía, sino de reverencia y respeto a lo que otros muchos hicieron antes que yo, y de admiración sincera a los logros de su belleza literaria. Un fuerte abrazo...
Su impacto hoy está muy diluido, Carlos. Otra cosa es que entre en las preferencias y querencias personales. Hoy se montan otros mitos, sin duda, pero lo genésico ya no pertenece a los dioses. No se trata de falta de respeto, sino constatar que las creencias evolucionan. Y también que, lo que tú o yo, podemos enfocar como literatura no lo fue en su día sino que iba a otro plano.
Una tarea, muy agradable, de lectura.
Hace 4 horas
Muchas gracias Carlos Morales del Coso. Todas tus publicaciones son un plato exquisito para el espíritu.
Gracias Carlos Morales, increíble labor. Te felicito.
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