Üceir Lokman Çayci
Estar a salvo
Cuando se le dijo que estaba a salvo,
significaba justamente que había nacido un niño.
El vecino,
con quien se hallaba en malos términos,
ha muerto al caerse de la escalera.
Los otros han testimoniado contra él
y ha sido juzgado y condenado
a pena de prisión.
Muchos años después,
totalmente agotado,
ha salido de la cárcel.
Entonces sus vecinos,
que habían dado testimonio contra él,
le dijeron que estaba a salvo.
Después de cierto tiempo,
su cuerpo se ha resistido a continuar
con la carga de la vida.
Respiraba difícilmente
en medio de sus penas,
y al final, ha sido hospitalizado.
Los médicos y enfermeras,
al pie de su lecho,
le han dicho que no presentaba un mal de cuidado,
así que bien podía soportarlas crisis del porvenir:
Estaba a salvo
y podía abandonar de inmediato el hospital.
La cadena de indiferencias y sufrimientos
que lo había perseguido hasta golpear a sus hijos,
terminó por partirlo en dos.
Un día,
solo en su casa,
se derrumbó sin fuerzas.
Entonces le volvieron a decir: “Estás a salvo”,
y se murió…
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©
Üzeyr Lokman Çayci; © versión libre al español realizada por Mercedes
Ortega y Manuel Guillermo Ortega sobre la traducción al francés de Yakup
Yurt. Publicados el año 2006 en el suplemento literario Caribanía de LA
CASA DE ASTERIÓN, editada por el departamento de idiomas de la Facultad
de Ciencias Humanas de la Universidad del Atlántico, en la ciudad
colombiana de Barranquilla. El lector puede adentrarse en la revista
utilizando el siguiente enlace:
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