El Toro de Barro

El Toro de Barro

lunes, 25 de enero de 2010

"Josué", de Carlos Morales (Inédito)









 
Carlos Morales


Josué




Dime, Josué, qué te sirvió la arena del desierto?
De qué te sirvieron las largas noches en vela
frente al fuego, contemplando las ánforas vacías
de tu vida, sin agua en que limpiar
las sales cenagosas de tus labios?

Debiste pensarlo mejor.
Recuerdo bien, Josué, mi torpe amigo viejo,
el brillo de tus ojos
cuando al tercer día bajaron de los montes
los jóvenes muchachos que enviaste a la ciudad
y dejaron caer sobre tu alfombra
el rumor interminable de sus huertos
y la rama de oloroso terebinto que traían para ti
como un puñal dorado colgada en la cintura
de sus iluminaciones.

Era tanto el ardor, Josué, tan larga fue la seca travesía?
Todo lo olvidaste.
Y ya no te fueron suficientes
las aguas desbordadas del Jordán
que tus piernas cansadas rozaban con sus cantos:
era demasiada la pasión
que los vientos del este abandonaron
en las cuevas donde yacen las leonas
que te dieron de beber:
querías entero el mar,
para arrojarte a él, para flotar en él,
para hundir en él tus crisantemos rojos...

Y miraste la noche,
porque querías tan sólo que la noche
cubriera tu estupor y te entregara
el secreto de la música en su blusa
para encerrarla luego
en las trompetas, en las cuernas de millones de carneros...

Debiste pensarlo mejor:
yo te recuerdo, Josué, mi pequeño amigo tonto,
levantando tus brazos desnudos hacia el cielo
y ordenando a los ángeles caer
sobre las sólidas murallas de la ciudad que amaste...

¿Y todo para qué?
Ganaste una ciudad,
mas lo que viste tras los muros derribados
no eran los fresquísimos jardines de su corazón
sino un río devastado a los pies de tu corcel,
una túnica en el barro,
y el enorme y vacío rumor de tu silencio….







































6 comentarios:

Unknown dijo...

Balsámica literatura
sobran los comentarios

Antonio dijo...

A juzgar por la fotografía, el poema parece ser una metáfora del amor, entendido en su dimensión más posesiva, más que un poema histórico. Tanto si es así, como si no es asi, el poema es realmente bellísimo, pero del tipo de belleza de los poemas antiguos. Quiero felicitar a Carlos Morales, y a esta página.

Un admirador dijo...

Un poema admirable

Anónimo dijo...

..."Y el enorme y vacío rumor de tu silencio..."
Bellísimo poema que deja el alma prieta de sentimientos y tristezas.
Gracias por dejar que se pueda sentir tanto acariciando los rincones de este lugar.
Rosa.

Isabel Barceló Chico dijo...

Vine hace unos días, leí tu poema y no me sentí capaz de dejarte un comentario. Me quedé sin palabras, con un sabor amargo en los labios, ebria de belleza y conmovida por el drama humano de la destrucción. La destrucción por nada, la destrucción para nada, que nos aboca al vacío. Al menos, así lo he percibido yo. Me has sacudido intensamente el alma. Un abrazo, querido amigo.

A chuisle dijo...

¿Qué queda al final de todo? ¿Sólo "el enorme y vacío rumor de tu silencio"? Pero ese "sólo" queda fuera de lugar cuando el vacío lo es todo (un espacio en espiral, infinito, en potencia, siempre capaz de contenerlo todo). Poesía íntima, sin embargo universal, contemporánea, sin embargo preterial y por tal, cuántica.

La imagen me parece que pertenece a la serie "Amantes" de Nicoletta Thomas Caravia (a quien tengo de contacto en FB)