El Toro de Barro

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martes, 12 de febrero de 2013

«El miedo», de Carlos Morales


Poema EL MIEDO de Carlos Morales. L. Ref: Carlos Morales, "Un rostro en el jardín", Col. Cuadernos del Mediterráneo, El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2000


Carlos Morales
  El miedo




            Miedo, sí, creer al fondo
haber llegado de tus aguas
más profundas,
abrir la puerta y sólo
ver el rostro de un cadáver
suntuoso
requiriéndome,
y alzar la mano, sí,
ciega
inválida
hacia el secreto oscuro de tu blusa
y, allí donde las frutas eran frescas,  
huerto pródigo, suavísimo tu nombre,
ver que todo es oro,
oro tus labios de calor antiguo,
sólo un busto hallar,
sólo el frío de un mármol detrás de la abotonadura,
saber que amo
y no saber qué amo,
y tener que lanzarme como un fardo viejo desde la ventana

      
De su libro 
S,
Madrid, 1984.

 Grandes Obras de
El Toro de Barro
Carlos Morales, "Un rostro en el jardín", Col. Cuadernos del Mediterráneo, El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2000
Carlos Morales, "Un rostro en el jardín"
Col. Cuadernos del Mediterráneo.
Ed. El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2000.
edicioneseltorodebarro@yahoo.es
 





















 

18 comentarios:

Administrador dijo...

Reitero. No sé si estos poemas puedan atarse a una numeración, aún cuando lo determinen los lectores. Podría pasar de uno a otro, y barajarlos y en cada uno sembraría un hallazgo. Tampoco sé si ese binomio de amor-desamor pueda separarse. Si sé que hay poemas de amor luminosos que cantan el júbilo del amor que se entrega y se recibe y otros que dejan entrever lo que no se ha alcanzado o quizás lo que se ha perdido. En ambos el amor sigue siendo el personaje central de una conmoción que se le entrega al lector para que a su vez se convierta en pasajero de esas rutas, invocando una dimensión del amor que es inagotable e infinita. Este poema tuyo, Carlos, tiene lo de ambos, porque sólo la creciente del amor puede producir esa trasmutación de la fruta a una piedra inmóvil.

Óscar Ayala dijo...

De cuándo es el poema?

Carlos Morales dijo...

Del año 1984, Óscar.

Óscar Ayala dijo...

Pues eso no lo tenía previsto Orwell. Tú siempre contra corriente. Hermosísimo, intenso... Qué inteligente contención…Yo tenía 17. Si lo pillo en esos años, triunfo seguro, jejeje.

Zhivka Baltadhieva dijo...

“saber que amo / y no saber qué amo”…Precioso poema, Carlos. Más triste de lo que quisiera reconocerse.

Sol Genafo dijo...

"sólo un frío mármol detrás de la abotonadura", qué descorazonador. Y qué preciosa la foto!

María Luisa Mora dijo...

Un poema precioso que termina estremeciendo.

Victor Irún dijo...

Una cucharada de belleza en esta fría tarde.Precioso el poema y la foto.Gracias, Carlos.

Beatriz Piñeiro dijo...

El amor y el miedo que vence oscuro en cadáver envuelto en nada.

Mercedes Ridocci (Artesanato Grupo) dijo...

También subyace en estas letras la valentia de aceptar "la derrota".

Marta López Vilar dijo...

la transparencia...hermosísimo poema, Carlos...

Paco Moral dijo...

Buenísimo el poema, Carlos, aunque el amor... bueno, quién sabe nada de él? Solo que es una fuerza que mueve el mundo, talvez la única. O la única que debiera moverlo... La foto no me ha gustado tanto, pero porque soy un poco... no sé cómo decirlo, un poco alérgico a las manifestaciones más "convencionales" del amor, como las flores, pero reconozco que eso sólo es una rareza mía!

Carlos Morales dijo...

Querido Paco: se me ha olvidado decir que la fotografía es una metáfora de la muerte. De hecho, su autor, el gran fotógrafo argentino Luis Vence, la tituló "Requiem". Ese es el significado que adopté, pero está claro que esto no deja de ser una arbitrariedad por mi parte. Un fuerte abrazo, de los de verdad.

Consol Gisbert dijo...

Carlos, el amor tiene muchos caminos y colores, tu lo muestras en la foto y el poema, te felicito

Carlos Morales dijo...

No siempre estamos a la altura del amor que se nos da. Y no siempre lo están aquellos a quienes se lo damos. Casi siempre es porque amamos mucho, y no sabemos amar mejor; o porque pedimos más de lo que nos puedan dar quienes amamos; o porque lo damos todo, menos lo que verdad importar. Puede que el amor sea una ficción, pero es una ficción todopoderosa: tal vez sea un recuerdo de lo que hay o hubo alguna vez de Dios en nuestro espíritu, y por eso excede la dimensión humana: le pasa como al dolor, que, como dice Holan, " es siempre mayor que el hombre / y, sin embargo, tiene que caberle en el corazón.". O sí. O sí. Es un auténtico lío en el que, lo hagamos bien, o lo hagamos mal, acabamos dejando amargor a nuestro paso sin que nunca jamás seamos perdonados: tal vez porque no lo merezcamos..

Verónica Pedemonte dijo...

Los griegos, Carlos,representaban al amor como un dios: con eso ya reconocían que excedía la naturaleza humana. Tal vez el cometido del amor no es el perdón. En ese sentido (y en muchos otros) los griegos eran muy sabios, distribuían en dioses casi todo lo que sobrepasaba su comprensión lógica del mundo.

Poetas en tiempos de penuria (Félix Trull) dijo...

he compartido el poema en la página de Poetas en tiempos de penuria, Carlos.

Carlos Morales dijo...

Te lo agradezco mucho, Félix. Por razones que no vienen al caso comentar aquí, te lo aradezco mucho. A ti, y a aquellos que han mostrado la gentileza con sus comentario de no dejarlo pasar por alto...