El Toro de Barro

El Toro de Barro

lunes, 31 de julio de 2006

"Morbo post coitum", de Rafael Ramírez Escoto


MorBo post coitum

 
Y ahora que la carne se desploma
sobre el cerco sudado de las sábanas
semejante a blandengue y paralítica
medusa que escupiera el oleaje
sobre los arrecifes pendencieros;
ahora que ha cesado la galerna
en la penumbra ociosa de esta alcoba,
escucho tras los vidrios del balcón
el griterío eufórico y siniestro
de los niños que juegan en el parque.


De su libro
Trobar Clus
 

Grandes Obras de 
El Toro de Barro

PVP: 8 euros
Pedidos a:
edicioneseltorodebarro@yahoo.es
Puedes entrar. He dejado la puerta
abierta, la luz, la calefacción
encendidas. Hay un poco de vino
en la alacena, el café está reciente
por si me demoro y te vence el sueño.
Acaso estés aquí cuando regrese,
arropada en el sofá con mi manta
de viaje, reconfortada, quizá
complacida del mundo en su belleza,
sabiendo que hay una técnica pura
en esta maravilla de estar vivo.
Y si no estás, bendito sea el tiempo
en que estuviste. Sólo he de abrir
los postigos para que fluya el agua
llovida en la memoria. La luz, pronto,
dejará en las paredes una sombra
que llamará en sus labios con tu nombre,
contenta de estar en casa de nuevo.

 


   












viernes, 4 de noviembre de 2005

"Fugas del desasosiego", de José Luis Jover


Jure Kravanja




José Luis Jover

Fugas del desasosiego





Hay veces en que tu otro yo ocupa toda una habitación y vas a entrar y no puedes. Mejor.


 *

Una forma táctil de silencio
llegando por detrás
y poniéndote la mano en el hombro.


 *

Un espacio la vida
entre el cansancio de no nacer
y el de no estar muerto.


 *

Tocar a muerto y ser yo
el que tira del badajo
y el que llevan a enterrar.


  *


Picnic
Has agarrado el tallo
y has tirado de él
arrancando de cuajo
la raíz
solamente por verla?



Ese gesto

Bajar la cabeza
y taparse la cara con las manos
para llorar.
Taparse la cara.



Clic

Mira aquella casa en ruinas
hace tiempo deshabitada.
Era casa eres tú.
Acércate a la puerta,
que te saque una fotografía.






*El título de este conjunto de poemas es de nuestra autoria.










_______________________________________
© Del poema,
©  De Ediciones Pre-Textos.
©  De la ilustraciónJure Kravanja
En caso de reproducción, rogamos se cite la autoría.



















sábado, 4 de noviembre de 2000

"La mano", de Ángel Crespo







La mano

 


Hay una mano que lo toca todo.
Cuando me acuesto, siento por las sábanas
una mano furtiva que les roba sus hilos.
Siento, luego, crujir las puertas y los muebles.
Hay una mano que lo toca todo.
Entre la cal, detrás de los dibujos,
bajo los vasos, dentro de las cómodas,
va matando segundos,
va estrangulando brillos,
en todo se detiene.
Esa mano le arranca las plumas a los cánticos,
esa mano les quita su luz a las palabras.
Todo lo que no toca infinitud adquiere,
pero ¿cómo escapar de sus viscosos dedos?
¿Cómo hacer que la lluvia no caiga en los poemas
si esa mano es el viento que amontona las nubes?
¿Cómo hacer que esta hierba,
que este pedazo de tierra viva,
que todo esto no se muera,
si esa mano lo está tocando todo?

¿Cómo hacer que estos versos,
además de palabras,
además de este aroma que veo y que repito,
sean versos, versos, versos?

   








_________________________


©  Herederos de Ángel Crespo.
©  Del prólogo, Toni Montesinos.
En caso de reproducción, rogamos se cite la autoría.
 
El poema, que salió por primera vez en su libro , fue incluido en su antología , dedicada a su poesía durante la década de los años 50, que fue preparada por el poeta catalán Toni Montesinos, y editada  por El Toro de Barro en Tarancón de Cuenca, en el año  2000.












 
 







lunes, 4 de septiembre de 2000

"La noche", de Ángel Crespo,



Ángel Crespo, "Oculta transparencia" (Antología 1950-1959), Introd. Toni Montesinos Gilbert. Ed. El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2000.
La noche


     Cuando Dios vaga por la noche
y los tejados pierden formas,
en la tierra las casas se hunden en cierto modo
porque Dios pesa más que un puñado de aire.
También hay chimeneas que ya no se ven
y tejas que se rompen sin saber cómo
y una campana que, aunque nadie toca,
parece que sonase o que soñara.

Se oye un viento confuso
con palabras que nadie sabría descifrar
porque las dice Dios mientras hace la noche.

Y como es él quien está cantando,
fluye su túnica por las aceras
y su aliento a los árboles sacude.
Y, al abrir el balcón,
nos estremecemos de repente
porque casi parece que le hemos visto.
 


 

"El ciervo"      *     "Junio Feliz"
"La mano"      *     "La noche"
"El aire"      *     "El fuego negro"


Grandes Obras de
El Toro de Barro