Canción de octubre
Ce bruit mystérieux
sonne comme un départ
"Chant d’automne", BAUDELAIRE
Por qué las nubes no se detienen en su vuelo
si
su moverse es tiempo que se escabulle
y
este tiempo es silencio y tristeza para mí?
¿Por
qué los días no agotan su sucesión
si
cada alba da vida a un presagio de tinieblas,
y
cada crepúsculo, arcos voltaicos a mis ojos enfermos?
¡Reir
o llorar, qué más da, si es abrir el corazón!
Sentir
sobre los pulsos la pesadez, la debilidad,
el
satén de los odios, las agujas de la afección;
ágiles
los pies sobre las calles soleadas,
vacías
las manos ya que es fortuna la fe,
encendida
la mirada en busca de los azules de cobalto...
¿Quién
ha puesto a mi paso la sordina de la decepción?
¡Oh,
Dios, que rodeaste de prodigios mi ilusión,
pon
el universo sobre un eje que rehaga los dibujos añorados
monta
guardia de fuego en los caminos por donde huye el tiempo!
Y
que las palabras tengan de nuevo el sentido único de su música
–
pájaros que buscan los rumbos por los remolinos del aire –
que
los gestos marquen solamente el ritmo de las danzas vírgenes
–
árboles sufrientes en el huracán de las fuerzas invictas –
que
las pasiones sean simples como el hambre o la sed
–
frutas que irradian la voluptuosidad de su frescor –
que
los gustos lleven el apremio de la codicia
–
torrentes que en aluvión arrastran tesoros frustrados –.
¡Ah,
la aridez de los vientos, de las aguas, de las tierras... de las almas!
Si
ya no puedo ser yo, ¿por qué esperar el invierno?
K. L. Mauthausen,
octubre de 1944
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© Del poema, herederos
de Joaquín Amat-Piniella
© De la traducción, Carlos Morales
En caso de reproducción,
rogamos se cite la autoría.
Series Cartas Khalo Faro
Ícaro Burka
1 comentario:
"Si ya no puedo ser yo, ¿por qué esperar el invierno?"
Tiene mucha fuerza este poema. Excelente autor.
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