El Toro de Barro

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lunes, 12 de diciembre de 2011

"El Desván Sumergido", de Pedro Antonio González Moreno



Darren Holmes


PEDRO ANTONIO GONZÁLEZ MORENO

En esta habitación

En este habitación, que va adquiriendo
día a día el tamaño de todos sus fantasmas,
no cabe ni siquiera
la voz con que te busco,
ni el leve contraluz en donde la memoria
alzó su arqueología de promesas.
Nadie
podría traspasar esta puerta de agua
sin ser agua también.
Todo, dentro, se queda
sellado con el lacre de los recuerdos;
dentro crecen las llamas imposibles
de poemas no escritos,
y crecen las imágenes
de unos espejos rotos
en donde ya no caben nuestros gestos,
en donde ya no cabe ni ese grito
de mi voz inventándote.






(De El Desván sumergido)





Entro siempre en el nombre

Entro siempre en el nombre igual que quien regresa
a un desván muy antiguo, ve ante sí sus recuerdos
y nada reconoce.
Igual que quien descorre unas cortinas
que se abren al vacío
y descubre de pronto que recordar es sólo
asomarse a las sombras.
Como se entra en un cuerpo
que tampoco las manos reconocen
(la memoria se empieza perdiendo por el tacto),
así entro yo en los largos paisajes del olvido,
como se entra en un nombre
que cuando se pronuncia va agrandándose y crece
por encima del vaho de sus sílabas.

Entro siempre en el nombre como se entra en un cuerpo:
besando su misterio al pronunciarlo.

(De El desván sumergido)













1 comentario:

Ángel dijo...

Un placer leerte Pedro Antonio. Soy Ángel González de la Aleja. Y nos conocemos de respectivos libros de versos y espero que algún día personalmente