marco polo pensativo
en el puerto de venecia
 huan li recogía
doraduras de la tierra 
 en cestas de
fragantes juncos 
 mientras su padre me
enseñaba secretos del oriente. 
 huan li era bella
como una pagoda de alabastro 
 y el delicado rostro
parecía un limonero incandescente. 
 por su padre conocí
el poder de la pólvora 
 especias y comidas
piedras fabulosas 
 y una forma de
observar distinta al cielo. 
 por huan li en cambio
desentrañé la cifra del amor. 
 de todos los tesoros
traídos a occidente 
 para mí he guardado
en secreto sólo uno 
 el recuerdo del
vestido de huan li 
 desmoronándose en mi
cuarto como un satélite de oro.
 


 
 
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