José Ángel Cilleruelo
(España)
9
del amor, mientras limpio los pasillos
y gabinetes del gran edificio
de la Esperanza. Sonará la voz
desde el carro, entre paños, botes, cubos,
la voz que a todos habla del amor.
Mientras aspiro la moqueta y friego
las letrinas se alzarán las palabras
con su pequeño túnel de verdades,
con ese cosquilleo tan menudo
que da la felicidad. Y a mi hora
me iré a la calle como quien un día
sale de la maternidad y en brazos
lleva un hueco y en brazos mece un hueco.
4
Si fue en otro momento, en otra época,
o por el sol que rinde las maderas
bajo las tejas; túnel tan propicio:
penumbra, pájaro, payaso, piel.Si no lo recordara cada día,
si mis brazos no fueran las paredes
en pie, tenaces; nada las derriba.
Qué presente sería este presente
si en la alacena se guardara el pan
y envuelta en un pañuelo la pulsera
que me regaló a cambio de palabras:
penumbra, pálpito, paloma, piel...Tan propicio: paredes obstinadas.
8
quietud. La llaman religiosa. Mantis
que observamos oculta entre las hojas
cuando pasa la mosca y la oración
se interrumpe un instante por cazarla.
Mientras la pata la sujeta fuerte
sus mandíbulas son el triste túnel
donde la vida se transforma en vida.
La mariposa que murió en su mano
la enterramos los dos junto a la encina
que por azar prendió en una maceta.
Mi hijo entiende estas cosas que cuento,
¿conseguirá que yo también las crea?
Mi hijo entiende estas cosas que cuento,
¿conseguirá que yo también las crea?
la oscuridad que habita en uno mismo
aunque sí cieguen la mirada ajena,
el ojo que no existe y se presiente
fijo sobre los cuerpos, es entonces,
en noches ásperas, si noche puede
ser un reflejo tenue en la pared
que la luz de una lámpara reparte,
cuando la angustia emerge desde dentro
y perfora los ojos con su túnel
de incertidumbres y de atardeceres
perdidos para siempre, salgo afuera
y camino desnudo por las calles.
14
que por la tarde deja ante el cristal
el carnicero cuando cierra el puesto.
Sus labios lo llenaron de caricias
un día, entre los orines y el frío.
Oyen risas de lejos si reímos,
al ritmo de las manos ven prendidas
motas moviéndose desde la acera.
Ya nadie se aventura entre las sombras
cuando el vigilante apaga los rótulos
después de echar la verja ante sus puertas.
Desde el mercado hasta la calle queda
un pasillo: hay quien lo llama el túnel.
3 comentarios:
La obra bella inútil...
Sin duda, este hombre está tocado por los dedos del cielo...
Cecilia Domínguez
"como quien un día
sale de la maternidad y en brazos
lleva un hueco y en brazos mece un hueco"....
Yo he pasado por esto. Sé lo que es entrar llena y salir vacía. Y ese hueco es cada vez más grande...
Antonia Bordolí
(Argentina)
Hola toro aquí dando saltitos por tu blog, para distraer y buscar inspiraciones, buenas selección que tienes
un abrazo y hasta la próxima
Publicar un comentario