Jrystala
Maganí
El árbol y el cuervo
Traducción
de Mario
Domínguez Parra
En
el mundo
el cuervo es el
dolor
y el árbol el
poeta
y en el poeta
duerme un río
oculto.
El cuervo vuela,
se repliega
ocupa altas
copas allá en el bosque,
halla alimento y
regresa a la tierra,
halla agua en el
río secreto, bebe.
Por las noches
regresa de nuevo al árbol
y
sus graznidos devienen poema
y el mundo se
hace más ancho
y el tiempo se
hace más profundo.
De su
libro
El
cuervo y el árbol, 2010
Μέσα στον κόσμο το κοράκι είναι ο πόνος και το δέντρο ο ποιητής και μέσα στον ποιητή κοιμάται ένα κρυφό ποτάμι. Πετάει το κοράκι, αναδιπλώνεται πιάνει κορφές εκεί ψηλά μέσα στο δάσος, βρίσκει τροφή και γυρνάει στο χώμα, βρίσκει νερό στο μυστικό ποτάμι, ξεδιψά. Τις νύχτες γυρνάει ξανά στο δέντρο και γίνονται οι κραυγές του ποίημα και γίνεται ο κόσμος πιο πλατύς
κι ο
χρόνος γίνεται βαθύτερος.
“το
κοράκι και το δέντρο”, 2010
Nacida
en Chipe en 1970. Autora de Manos de barro (2004), La voz
(2007), Té del amor del lamento (2008), Escapatoria
(2010), El cuervo y el árbol (2010) y Amnistía (2012).
Su familia fue ejecutada por los turcos. Éste es su blog: http://xrymapoems.blogspot.com.es/
Grandes Obras de
El Toro de Barro
PVP: 10 euros Pedidos a:
edicioneseltorodebarro@yahoo.es |
2 comentarios:
La metáfora del cuervo para significar al poeta es muy novedosa y audaz en extremo. Esa es, en el fondo, la historia misma del hombre: reconstruir el mundo con la carroña que otros nos dejaron flotando en el río de la vida, y hacer de ella, como dice León Molina en un inédito, la fuente primordial de ese oxígeno capaza de aliviarnos de la asfixia del vivir: que un humilde “cuervo” –o el rechazado “buitre”- sea el que, hurgando entre los escombros de la vida, reavive el aire que precisa nuestro espíritu es un recurso literario muy pero que muy valiente para visualizar lo que, en el fondo, no es sino la historia de le redención más grande que pueda existir en el mundo: la que nos libera de la muerte. Yo no es el heroico Prometeo el que nos libera; ya no sea un Orfeo enamorado el capaz de enfrentarse al inframundo para resucitar al amor perdido, o el Jesús de Nazareth dispuesto a vivir su propia muerte para vencerla luego y redimirnos con él...es un simple cuervo, el negro humilde cuervo al que todos despreciamos: eso es, aquí, el Prometeo, el poeta verdadero...
El poema es inmenso y si cabe más aún, tu comentario lo complementa, enriquece y dilucida.
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