Gyula Juhasz
Anna eterna
Los años vinieron, pasaron, tú desapareciste
poco a poco de mis recuerdos, se apagó
tu rostro en mi corazón, se borró
el arco de tus hombros, fluyó
tu voz y no fuí tras de tí
en el bosque cada vez más profundo de la vida.
Hoy ya pronuncio tranquilo tu nombre,
hoy ya no tiemblo ante tu mirada,
hoy ya sé que eras una entre muchas,
que la juventud es locura, aún así,
no creas, corazón, que fue en vano,
y que todo pasó, !no lo creas!,
porque vives dentro, en todas mis corbatas
mal atadas, en cada palabra equivocada,
y en cada saludo perdido
y en cada carta rasgada
y en toda mi vida errada
vives y reinas eternamente. Amén.
ANNA ÖRÖK
Az évek jöttek, mentek, elmaradtál
Emlékeimbõl lassan, elfakult
Arcképed a szívemben, elmosódott
A vállaidnak íve, elsuhant
A hangod és én nem mentem utánad
Az élet egyre mélyebb erdejében.
Ma már nyugodtan ejtem a neved ki,
Ma már nem reszketek tekintetedre,
Ma már tudom, hogy egy voltál a sokból,
Hogy ifjúság bolondság, ó de mégis
Ne hidd szívem, hogy ez hiába volt
És hogy egészen elmúlt, ó ne hidd!
Mert benne élsz te minden félrecsúszott
Nyakkendõmben és elvétett szavamban
És minden eltévesztett köszönésben
És minden összetépett levelemben
És egész elhibázott életemben
Élsz és uralkodol örökkön, Amen.
Puedes encontrar una breve y ajustada semblanza de Gyula
Juhász (1883-1937) en ese gran espacio que es Cronicas hungaras.
Grandes Obras de
El Toro de Barro
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2ª Edición.
PVP 10 euros
edicioneseltorodebarro@yahoo.es
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En todo lugar
hay un precipicio para
los valientes
y una sombra para los
exhaustos
y un manantial
volcando su frialdad.
En todo amanecer
hay rocío para los
temblorosos
y luz para los amantes
y frías piedras y
salvajes pastos.
En todo anochecer
hay sosiego para los
tempestuosos
y liviandad para los
solitarios
y una roca para los
que yacen al final del camino.