Gato de Ursaria muestra su
desaliento
Quiero dejar constancia de estas horas, cedidas al
embrujo de la alquimia, perdidas entre frascos y papeles,
libros, polvo, colores que ya no pueden más, fracasos y silencios buscando una salida razonable.
Pero en el fondo no quisiera dejar constancia ni incitar recuerdo -dura contradicción es mi deseo-.
Si me entregué al conjuro y a la búsqueda, de qué le sirve a nadie.
Si mi existencia se hizo turbia, imprecisa, somnolienta; si rebosó la mesa de papeles, matraces y morteros:
todo sin concluir, todo sin dar sentido, sin hallar respuesta, de qué vale insistir en que se sepa.
Si hasta la luz agonizó en mi estancia, se reclinó en el polvo de los libros, y acusó a los rincones de urdir patrañas
en la sombra, a quién va a interesar que yo lo diga.
¿Dejar memoria o convocar olvido?
Ojalá lo supiera.
libros, polvo, colores que ya no pueden más, fracasos y silencios buscando una salida razonable.
Pero en el fondo no quisiera dejar constancia ni incitar recuerdo -dura contradicción es mi deseo-.
Si me entregué al conjuro y a la búsqueda, de qué le sirve a nadie.
Si mi existencia se hizo turbia, imprecisa, somnolienta; si rebosó la mesa de papeles, matraces y morteros:
todo sin concluir, todo sin dar sentido, sin hallar respuesta, de qué vale insistir en que se sepa.
Si hasta la luz agonizó en mi estancia, se reclinó en el polvo de los libros, y acusó a los rincones de urdir patrañas
en la sombra, a quién va a interesar que yo lo diga.
¿Dejar memoria o convocar olvido?
Ojalá lo supiera.
De su libro
Sin noticias de Gato de Ursaria
(2004, Premio Emilio Alarcos)
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1966.
Agotado