La calle
Es
una calle larga y silenciosa.
Ando en tinieblas y tropiezo y caigo
y me levanto y piso con pies ciegos
las piedras mudas y las hojas secas
y alguien detrás de mí también las pisa:
si me detengo, se detiene;
si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie.
Todo está oscuro y sin salida,
y doy vueltas y vueltas en esquinas
que dan siempre a la calle
donde nadie me espera ni me sigue,
donde yo sigo a un hombre que tropieza
y se levanta y dice al verme: nadie.
Ando en tinieblas y tropiezo y caigo
y me levanto y piso con pies ciegos
las piedras mudas y las hojas secas
y alguien detrás de mí también las pisa:
si me detengo, se detiene;
si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie.
Todo está oscuro y sin salida,
y doy vueltas y vueltas en esquinas
que dan siempre a la calle
donde nadie me espera ni me sigue,
donde yo sigo a un hombre que tropieza
y se levanta y dice al verme: nadie.
Otros
poemas de
Octavio
Paz
«La vida sencilla»«La calle» | ||||
Grandes Obras de
El Toro de Barro
Vicente Gallego, La razón ebria
Col. «Cuaderno del Mediterráneo»
Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed.
Tarancón de Cuenca, 2003.
edicioneseltorodebarro@yahoo.es |
No hay comentarios:
Publicar un comentario