Mariano Fortuny |
Nichita Stănescu
(Rumania, 1933-1983)
Evocación
Traducción de
Ioana Zlotescu y José María Bermejo.
Era linda como la sombra de una idea —
sus espaldas olían como la piel de una niña,
a piedra apenas rota,
a grito en una lengua muerta.
No pesaba... era como la respiración.
Riendo y llorando a lágrima viva
era salada como la sal
que los bárbaros sirven en sus festines.
Era hermosa como la sombra de un pensamiento.
En todas las aguas solamente ella la tierra.
Otros
poemas de Nichita Stănescu
Grandes Obras de
El Toro de Barro
Salomón, "El Cantar de los Cantares”
Versión de Carlos Morales
Col. «Cuadernos del Mediterráneo»
Ed. El Toro de Barro,
Tarancón de Cuenca, 2003.
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1 comentario:
Bonitos versos.
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