Héctor
Berenguer
(1948)
Piedad
A
José Herminio Calmucci
hasta noches interminables
en los confines de la infancia
con toda su desmesura.
En el aire flotaba la luna
como semilla de diente de león
y andábamos haciendo equilibrio
por universos imposibles
como aquel atlas de bolsillo
con que mirábamos la vastedad del mundo.
Para cuatro huesos flacos
todo era demasiado lejos.
Poder sobrevivirnos en domingos interminables
mientras nos humillaba la tristeza de los trenes
que dejaban adioses y recogían soledades.
¡ Fue siempre julio tan terrible !
Con tu saquito de lana nuevo de cuatro botones
te lanzaste uno de esos días
de la cama tibia de la madre a los rieles helados,
y eso es todo lo que quedó de ti,
un "saquito de lana enamorado" en ese andén del mundo
donde “piedad” es la única palabra que sale de mi boca.
Digo esto en medio de una calle
detenido en la locura de un instante menor
frente al antiguo cementerio
"La piedad".
Cuando termine el rojo
todo habrá pasado como un malestar que indispone el alma.
O la ilusión del tiempo abrirá sus puertas
y estaremos nadando a plena luz
como si nada hubiera sucedido desde entonces,
frente al semáforo…
Otros poemas de Héctor Berenguer
Grandes Obras de
El Toro de Barro
Juan Ramón Mansilla, "Una habitación en rojo".
Col. La Piedra que Habla.
Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales Ed.
Tarancon de Cuenca, 2011.
PVP 10 euros
edicioneseltorodebarro@yahoo.es |
El Toro de Barro |
1 comentario:
Es poeta el hombre cuando la dolora acompasa respiración y latido eterno de la distancia.
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