Ramón Andrés
(España, 1955)
Cuadrante norte
Primero el viento y su mitología,
las
páginas leídas a naciente,
el
ancla y su eslabón
hundiéndose
en las vainas de la espuma.
Y en
el mistral las manchas de los vuelos,
la
gaviota esparciendo los destellos del faro
como
harina que lleva el marino en su ruta.
Y el
agua en dos, y luego en ocho nudos
tensados
en las costas,
donde
el potro es más oro que el centeno
y
las miradas brillan al calor de los hornos,
allí
donde el ladrillo y el fuego son la casa,
aquella
incandescencia en la que ser posibles.
Al
descender las nieblas,
los
rebaños destilan como pechos.
No
hay oteros, no hay causa, no hay olvido,
sólo
el iris del zorro
y su
espinazo de pajar ardiendo.
Las
aves alargaron su sombra dos jornadas,
se
hicieron tallo, fueron la cadena
en
la polea de la lluvia
que
nos engrana a nuestra predicción.
Y
llegaron insectos de ignotas primaveras,
la
frase yuxtapuesta que no recuerda inicios,
el
vello de la oruga que cierra los boscajes
hasta
ocultarlos en su muerte ambigua:
el
árbol no cimbrea,
mas
prosigue en la fronda la invención de su ciclo.
Y así,
cercado en sus florecimientos,
el
mundo va borrando meridianos.
Canción
de un hombre feliz
Cuadernos
del Mediterráneo
Ed. El
Toro de Barro,
Tarancón
de Cuenca, 2005
Grandes Obras de
El Toro de Barro
Ramón Andrés, Canción de un hombre feliz
Col. «Cuaderno del Mediterráneo»
Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed.
Tarancón de Cuenca, 2005.
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