Angélica y Tancredi, interpretados por Claudia Cardinale y Alain Delon, en El Gatopardo, de Luchino Visconti. |
José María Álvarez
(España, 1942)
Recuerdo de la niñez
Penumbra de persianas
bajadas, lienzos blancos
de encaje y lino, movidos
por el aire de una siesta
de Verano.
En el silencio ardiente
una muchacha y un muchacho se
persiguen
jugando por pasillos, sus
cuerpos sudan, su piel está
caliente, se
besan, se tocan, juegan, se
desean
apasionadamente
en esa tarde abrasadora.
Una alegría cómplice, un
vigor sensual
más fuerte que ellos los
guía.
Y esas horas
cómo están ahí, en el
corazón,
ascuas como aquella tarde;
cuántas veces
evocas esa dicha, el brío
de aquella delicia. Que hoy
encuentras
de nuevo en esas páginas
tantas veces leídas: otros
jóvenes,
Angélica y Tancredi,
corretean también plenos de
ardor
por las salas vacías de un
palacio, se
persiguen, se
desean
con la furia de la carne
joven.
Cómo arden esos besos, la
huella de unos dedos
en el sudor de un cuello
desnudo.
Ellos también
—como tú aquella siesta—
creen que ese gozo es el
preludio
de una ventura que no ha de
tener fin.
Ni ellos ni
tú
sabíais
que esa sería la única dicha,
que esos días no habrían de
repetirse,
que esa emoción ya estaba
herida
de muerte.
Y sin embargo, acaso eso es
lo único
que se nos concede: ese
contemplar el vuelo
del éxtasis. La intensidad de
ese momento
como las chispas de una
hoguera en el aire,
inasibles, brilla por un
instante.
Un instante tan sólo. Que
toda nuestra vida
no
basta para olvidarlo, para agradecerlo.
De su
libro
Museo
de cera
1974
(2º Ed. 2002)
Grandes Obras de
El Toro de Barro
Carlos Morales, "Un rostro en el jardín” Col. «Cuadernos del Mediterráneo» Ed. El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca, 2000. |
El Toro de Barro edicioneseltorodebarro@yahoo.es |
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