© Carmelo Blazquez |
Paco Moral
Antinoo
Duerme, duerme,
bellísimo Antinoo,
adelfa, estatua griega,
jacinto devorado por la duda.
Tu amor está guardado
bajo tranquilas aguas,
tu cabello no espera
caricias ni perfumes
y hay sabor de cicuta
que preparan los dioses.
Recuerda sólo cifras,
espadas, torbellinos
de amor como saetas
y la quietud del mundo
recorriendo tus párpados.
Duerme, duerme,
casi recién nacido,
que el caballo del César
bellísimo Antinoo,
adelfa, estatua griega,
jacinto devorado por la duda.
Tu amor está guardado
bajo tranquilas aguas,
tu cabello no espera
caricias ni perfumes
y hay sabor de cicuta
que preparan los dioses.
Recuerda sólo cifras,
espadas, torbellinos
de amor como saetas
y la quietud del mundo
recorriendo tus párpados.
Duerme, duerme,
casi recién nacido,
que el caballo del César
ha ofrecido su lomo
y no puede el león hacerte suyo.
y no puede el león hacerte suyo.
Grandes Obras de
El Toro de Barro
PVP 10 euros
edicioneseltorodebarro@yahoo.es
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no apuntéis vuestros fusiles
sobre mi alegría,
contra la que no vale la pena malgastar
ni lo que cuesta un cartucho.
Lo que veis
ágil y rápido como una gacela,
huyendo en todas direcciones como una perdiz
no es alegría,
creedme,
sobre mi alegría,
contra la que no vale la pena malgastar
ni lo que cuesta un cartucho.
Lo que veis
ágil y rápido como una gacela,
huyendo en todas direcciones como una perdiz
no es alegría,
creedme,
mi alegría nada tiene que ver con la felicidad...
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