Cesare Pavese
Simplicidad
El hombre solo -que ha estado en
prisión- regresa a la prisión
cada vez que muerde un pedazo
de pan.
En prisión soñaba con las
liebres que escapan
sobre el manto invernal. En la
niebla de invierno
el hombre vive entre muros de
calles, bebiendo
agua fría y mordiendo un pedazo
de pan.
Uno cree que después renace la
vida,
que la respiración se calma,
que regresa el invierno
con la fragancia del vino en la
cálida hostería,
y el buen fuego, la cuadra y
las cenas. Uno cree,
mientras está adentro, uno
cree. Se sale una noche,
y las liebres las cazaron y las
comen al calor
los otros, alegres. Hay que
mirarlos desde el vidrio.
El hombre solo se atreve y
entra para beber un vaso,
cuando ya se está helando, y
contempla su vino:
el color humoso, el sabor
pesado.
Muerde un pedazo de pan, que
sabía a liebre
en prisión, pero ahora no tiene
sabor a pan
ni a nada. Y el vino no sabe
más que a niebla.
El hombre solo piensa en esos
campos, contento
de saberlos ya arados. En el
salón desierto,
en voz baja, prueba a cantar. Vuelve
a ver,
a lo largo del terraplén, el
penacho de las zarzas despojadas,
que en agosto fue verde. Le da
un silbido a la perra.*
Y aparece la liebre y ya no
tienen frío.
* Según
Aulicino, el vocablo cagna (perra)
sería la matáfora de una prostituta. En mi opinión, lo mismo se podría decir de
lepri (liebre)
De su obra
Lavorare stanca
(1936, 1943)
Mondadori,
Verona, 1969
Semplicità
L'uomo solo -che è stato in prigione- ritorna
in prigione
ogni volta che morde in un pezzo di pane.
In prigione sognava le lepri che fuggono
sul terricio invernale. Nella niebba
d'inverno
l'uomo vive tra muri di strade, bevendo
acqua fredda e mordendo in un pezzo di pane.
Uno crede che dopo rinasca la vita,
che il respiro si calmi, che ritorni
l'inverno
con l'odore del vino nella calda osteria,
e il buon fuoco, la stalla, e le cene. Uno
crede,
fin che è dentro, uno crede. Si esce fuori
una sera,
e le lepri le han prese e le mangiano al
caldo
gli altri, allegri. Bisogna guardarli dai
vetri.
L'uomo solo osa entrare per bere un bicchiere
quando propio si gela, e contempla il suo
vino:
il colore fumoso, il sapore pesante.
Morde il pezzo di pane, che sapeva di lepre
in prigione, ma adesso non sa più di pane
nè di nulla. E anche il vino non sa che di
nebbia.
L'uomo solo ripensa a quei campi, contento
di saperli già arati. Nella sala deserta
sottovoce si prova a cantare. Rivede
lungo l'argine il ciuffo di rovi splogiati
che in agosto fu verde. Dà un fischio alla
cagna.
E compare la lepre e non hanno più freddo.
Tolerancia
Indisciplina
Grandes Obras de
El Toro de Barro
abierta, la luz, la calefacción
encendidas. Hay un poco de vino
en la alacena, el café está reciente
por si me demoro y te vence el sueño.
Acaso estés aquí cuando regrese,
arropada en el sofá con mi manta
de viaje, reconfortada, quizá
complacida del mundo en su belleza,
sabiendo que hay una técnica pura
en esta maravilla de estar vivo.
Y si no estás, bendito sea el tiempo
en que estuviste. Sólo he de abrir
los postigos para que fluya el agua
llovida en la memoria. La luz, pronto,
dejará en las paredes una sombra
que llamará en sus labios con tu nombre,
contenta de estar en casa de nuevo.
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