Abisal
Traducción de Manuel
Baigorri y Manuel Llinás
Si
un día el diluvio trae una pantera triste y la puerta de un santua-
rio;
si con la piel de la pantera tejen una túnica y hacen un collar
con
sus dientes, sé que quien se ponga la túnica se desvanecerá y
quien
se ponga el collar habrá de llevar la cabeza bajo el brazo.
Arranco
la puerta del santuario y la levanto en el portal de mi casa,
entre
crujidos se abre a un corro de mujeres que acarician sobre
su
regazo los cabellos de su propia cabeza.
Afuera.
Cabezas
sin cuerpo cantan alrededor de una hoguera. He perdido
mi
voz; rujo palabra por palabra y la puerta se abre y se cierra al
ritmo
de mi voz.
Llueve.
La
desnudez de una mujer llama a la puerta con una barca a hom-
bros;
saludo entre rugidos de pantera, la puerta gime. Callada,
descarga
su barca en un rincón. Sube a la barca y se queda dor-
mida.
La casa está inundada. El agua arrastra cadáveres de mujer.
Arrastra
la puerta. Arrastra mi voz.
remamos.
remamos
en busca de mi voz. Mi legado es una puerta. Al salir
por
ella una mujer mi voz se quiebra y en ese extraño ruido la casa
se
desploma. Siempre que mi cama es una barca atrae la desnudez
de
una mujer. Húmeda desnudez de mujer.
Callada.
Arranco
la puerta con su marco y la planto en mi azotea. Sopla el
viento.
Surgen fusiles en el marco (me apuntan a la garganta).
Sopla
el viento. Sopla y miles de panteras heridas brotan de mi
boca.
Desnudo. Desnudez de mujer.
Húmeda.
Escapa
de entre los fusiles, besa la puerta, se arrodilla ante mí.
Surgen
panteras de su pelo. Acaricio tus cabellos; se cerrará la
puerta,
en ella repiquetearán ruidos y vientos. No abriré, y la voz
perdida
del hombre se convertirá en sangre fluyendo entre las
grietas.
Se mezclará con la lluvia que caerá, y correrá por canales
y
venas de la ciudad. Te beso; con cada aliento la sangre brota de
mi
garganta, forma mi voz. Tú estás callada.
Hablando
en mí.
No
hay nadie en la azotea. Me levanto y recojo todos los retratos,
retratos
de miles de manos con fusiles, túnicas; retratos de cabe-
zas
de mujer. Un flujo de sangre resbala por el borde del papel.
Enciendo
una cerilla. Arrojo a las llamas túnicas y papeles; el
fuego
tiene tu silueta y anhelo acariciar tus cabellos, extiendo la
mano
y me hago poeta.
Mi
legado es un coágulo de sangre que contemplo en la palma de
mi
mano. Cada vez que hago fuego aparece una adivina con tus
ojos
presagiándome
una
muerte horrible.
Cojo
mi pluma y la sangre fluye de mi mano; tus cabellos son mis
versos,
en cada trazo una pantera ruge.
En
el balcón, lleno de tierra la cuna de mi infancia;
en
ella planto rosas rojas y las riego,
mezo
la cuna,
la
ciudad está en silencio.
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El Toro de Barro
Coexistence es, a día de hoy, la primera y la única antología que ha podido reunir
en su sólo volumen antológico la poesía de tres poetas árabes y tres poetas judíos
comprometidos en un proyecto común, que no es otro que el de la reconciliación
de dos pueblos condenados a entenderse. No olvidéis jamás los nombres de estos
auténticos Hijos del Valor, de los que aquí os dejamos algunos de los poemas
recogidos en Coexistence:
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