©Alexander Serdyuk
SondaleZa
Yo soy mi memoria, viene
a decirme el tiempo;
y la vida es un barco donde los monos husmean
si va quedando cerca la costa de la muerte.
y la vida es un barco donde los monos husmean
si va quedando cerca la costa de la muerte.
Echo el ancla al olvido
como una sondaleza
que lanzo hacia los años que llaman de la infancia,
algún lugar al sur con olor a jazmines.
que lanzo hacia los años que llaman de la infancia,
algún lugar al sur con olor a jazmines.
Los trenes de la noche,
los cines de verano,
el incienso aventaba templos y conciencias,
sobre un mar de bares y de motocarros.
el incienso aventaba templos y conciencias,
sobre un mar de bares y de motocarros.
El amor vino luego, como
una niña menuda.
La quise largamente y aunque no la recuerdo
aquel primer beso no se repitió nunca.
La quise largamente y aunque no la recuerdo
aquel primer beso no se repitió nunca.
Una foto antigua, me trae
la marea:
son mis padres, pienso, e incluso yo mismo.
Mas no me reconozco mirándome al espejo.
son mis padres, pienso, e incluso yo mismo.
Mas no me reconozco mirándome al espejo.
La juventud parecía que
no pensaba en irse.
Se tendió en mi cama exhausta de emociones.
Cuando tuve un hijo, le miré como a un testigo.
Se tendió en mi cama exhausta de emociones.
Cuando tuve un hijo, le miré como a un testigo.
Más temprano que tarde,
andaba yo seguro,
sacaría del océano su propia remembranza
y quizás me viera entonces como yo me veo:
sacaría del océano su propia remembranza
y quizás me viera entonces como yo me veo:
Un viejo loco que viene
de otro siglo,
con demasiado entusiasmo por los efectos del ron
y muy exigua esperanza en el género humano.
con demasiado entusiasmo por los efectos del ron
y muy exigua esperanza en el género humano.
Otros poemas de Juan José Téllez:
Ecuador
Memoria del apocalipsis
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© Del poema, Juan José Téllez
© De la ilustración, Alexander Serdyuk
En caso de reproducción, se ruega citar la autoría.
En caso de reproducción, se ruega citar la autoría.
1 comentario:
Tremendamente cierto, pero cuando la vida nos golpea o hastía, algo habrá que hacer para reavivar la esperanza y el deseo de vivir, habrá que buscar nuestra luz interior y sacar de allí también la fuerza.
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