Carlos Alcorta
(España, 1959)
La aguja de las
gaviotas
A Antonio Cabrera
Pura
roca gastada por el viento
y
laboriosas olas intensas, sucesivas,
imán
para ese cielo que la asiste
en su
anclaje y da a sus abruptos nidos
de leve
pluma seca, condición y equilibrio.
(En
estas semanas de viento y nieve
parece
intranquila, subordinada
a una
presión que le hace mella o sangre:
emblema
de valor, vence al instante el miedo.
Yo lo
percibo, mientras la muestro a otros.)
Su ser
en sí es asiento permanente
de
gaviotas, de migratorias aves
marinas
que no acierto a distinguir
en la
distancia porque se sumerge
la
mirada en un fondo negro y esquivo
donde
arraigan, igual que musgo o niebla pura,
escrofulosos
pecios del pasado.
A
ciegas, con la clandestina luz
propicia
que al instinto favorece,
en
bravío compás de ala certera
vuelan
en un azul que les sostiene
y
orienta hacia el frontón inaccesible
que
socorre y resguarda su descanso.
Engulle
remolinos
la
desprendida arista,
la
estéril cortadura que violentos
golpes
de mar escinden del peñón
y es
vivero de conchas y de espuma
la
mínima atalaya donde mueren.
Se
eleva su pesada forma quieta
en el
aire ardido de la celeste
cúpula
y flotan en su cumbre errantes
sombras
de una alborada intemporal
que
vela nuestro mundo, mientras crece
dentro
del nódulo de piedra al rojo
la
presencia que trama el pensamiento.
De su libro
Sol de resurrección
Calambur, 2009
A bússola das gaivotas
Traducción de Jorge Gomes Miranda
Pura rocha erodida pelo vento
e laboriosas ondas intensas, sucessivas,
imán para esse céu que a segura
na sua ancoragem e dá aos seus abruptos ninhos
de leve pluma seca, condição e equilibrio.
(Nestas semanas de vento e neve
parece intranquila, subordinada
a uma pressão que lhe faz mossa ou sangue:
emblema de valor, vence na hora o medo.
Eu sinto-o, enquanto a assinalo a outros.)
O seu ser em si é sítio permanente
de gaivotas, de migratórias aves
marinhas que não consigo distinguir
na distância porque se submerge
o olhar num fundo negro e esquivo
onde germinam, como musgo ou névoa pura,
escrofulosos destroços do passado.
Às cegas, com a clandestina luz
propicia que o instinto favorece,
no bravio compasso de asa exacta
voam num azul que as sustenta
e orienta em direcção ao frontão inacessivel
que socorre e resguarda o seu descanso.
Engole remoinhos
a desprendida aresta,
o estéril corte que violentos
golpes de mar cindem do rochedo
e é viveiro de conchas e de espuma
a mínima atalaia onde morrem.
Eleva-se a sua pesada forma imóvil
no ar ardido da celeste
cúpula e flutuam no seu cume errantes
sombras de uma alvorada intemporal
que vela o nosso mundo, enquanto cresce
dentro do nódulo de pedra em brasa
a presença que trama o pensamento.
Otros poemas
de Carlos Alcorta
Grandes Obras de
El Toro de Barro
El Toro de Barro
Clara Janés, "Huellas sobre una corteza". Col «Cuadernos del Mediterráneo»,
Carlos Morales del Coso Ed., Ed. El Toro de Barro,
Tarancón de Cuenca 2004. |
El Toro de Barro |
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