Millet |
Efraín Bartolomé
(1950)
Volver al paraíso
Siempre!
El
descubrimiento de la parte sombría llegó más bien tarde: nel mezzo del cammin di nostra vita. Y su descubrimiento produjo
mucho dolor: la percepción clara de la muerte, que es la pérdida de la
inocencia. Era el dolor de la llegada, el dolor de la plenitud: una especie de
trauma del nacimiento a la Vida plena.
Y
entonces vi más claro el corazón humano: germinando en la tierra que lo nutre.
Y ante el dolor por lo lejano vino el tono elegíaco ante lo que se perdió para
siempre. Lo que se perdió para siempre y que sólo la Poesía me permite
recuperar.
De
niño cuando a mi pueblo
todo
llegaba por avión
o a lomo
de caballoentre la lluvia la noche el lodazal la selva
mi padre reposaba leyendo una por una
las páginas hermosas de la revista Siempre!
Yo aún no había tomado ni caballo ni avión para conocer México
México era el país y su espejo era Siempre!
Lo importante de México pasaba por esas páginas en sepia
que leíamos con mala luz eléctrica
Ahí aprendí a leer el rostro múltiple de la patria
bajo la mano sabia por apenas visible
de mi joven padre en sus treinta
Este es el doctor Atl me dijo un día cuando el pintor murió
y su noble barba ennobleció la portada de Siempre!
Y yo veía los rostros de Leduc Gómez Arias Domingo
y Suárez Alvarado Gutiérrez y González
Zabludovsky Pagés García Naranjo...
y deletreaba el nombre de la patria
como si fuera el rojo corazón del planeta
Todo esto me brota en la memoria ahora
justo ahora en que mi foto sale en la revista
y se habla bien de mí como del hombre limpio que mi padre soñó
y se honra en mí al poeta que con seguridad mi padre no soñó
Se habla de su hijo: uno que pudo hacer que sus palabras fueran puras...
Y yo algún día soñé y si no lo soñé hubiera querido
que mi padre encontrara esos artículos donde se habla de su hijo
hojeando una por una las páginas de Siempre!
que treinta años después sigue llegando al pueblo
por vías menos ásperas mucho menos hermosas
que el lomo de un caballo
o las alas de un avión sobre el follaje espeso
Pero mi padre nunca podrá ver esas páginas:
la luz ha abandonado sus ojos para siempre
aunque ahora tengamos en el pueblo tan buena luz eléctrica.
Por eso
decidí entregar mi vida a la Poesía Por eso trato de honrarla con cada uno de
mis actos públicos y privados. Por eso trato siempre de ser merecedor del alto
nombre de poeta. Por eso, también, un poema como:
Ofrendas
Todo me lo ha dado la
Poesía:
el paisaje, la Luna, los vientres de las hembras
más hermosas
dulcemente paridas por el húmedo vientre de la
patria.
Todo me lo ha obsequiado:
la música más honda de la Música
y las huellas de oro
en el ojo de oro de la Imaginación.
Todo me lo ha ofrecido la Poesía.
Incluso las arterias del Tiempo
y el sentido del mundo (Ah... el sentido del
mundo):
Nacimiento, Vida, Muerte, Amor
y Permanencia.
Todo me ha regalado la Poesía:
la Tierra, el Agua, el Fuego, el Viento,
la Mujer.
Ya apestaba el cadáver de la Razón.
Ya perfumaba el aire
el azahar de la Poesía
que me ha brindado todo:
mis bienes terrenales
y el Hambre que ha crecido
en el hombre que soy.
Todo me lo ha otorgado:
la manzana y el membrillo,
la sal y el ácido,
el bálsamo y la herida,
el ojo y el paisaje,
el olfato y el café.
Mi admiración por el Águila
y mi agradecimiento a la Lombriz
Todo me lo dio la Poesía:
el Sol, las flores, el Silencio y la Lluvia.
Y yo no supe qué hacer con todo aquello
además de asombrarme.
Y cantar.
Y agradecer.
Grandes Obras de
El Toro de Barro
Carlos Morales, "Coexistencia (Antología de poesía israelí –árabe y hebrea– contemporánea” Ed. El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca, 2002. PVP 10 euros. |
El Toro de Barro |
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