Gustave Marissiaux
Ramón Andrés
(España, 1955)
Elegía a Brodsky, muerto un mes de enero,
a la manera de un poema a John Donne
Brodsky duerme. Y el mar. El plenilunio duerme.
La
mantis religiosa, la delgadez del látigo,
los
códigos, los sótanos, la mesa, el guardagujas,
la
nieve con su resto de lenguas que cantaron.
Y
las vetas del mármol tendidas como cirros
en
brazos de una estatua, duermen su forma extrema.
El
honor, las tinajas, las plumas del corral
pisadas
por un perro, las bolas de mercurio
que
en la mano de un niño son hombres sin encuentro.
Las
barcas que abarloan para cubrir la escama
con
hielo triturado, la sílaba y su oficio,
la
maldad y el cristal, las hojas y el incendio,
tendrán
la misma noche que fecunda luciérnagas.
Esa
doceava parte del año que fue Judas
no
reposa: es enero. El tiempo es su discípulo.
Brodsky
duerme. Y el sol. Los que siguen en pie
miran
por la ventana que encuadra lo que fueron.
Y el
cielo y el no cielo están en la abubilla
que
en llanuras posee dos ramas y una torre.
El
fiel de la balanza, el número del preso
pegado
en el sudor que hace gozne la espera,
la
sangre de los bueyes abiertos en canal
manchando
mataderos mientras muere el arado,
duermen.
Y las mujeres, las vueltas de la llave,
los
errores de Newton en cada telescopio,
la
tormenta batiendo su cola de ballena
por
entre chimeneas y abrigos olvidados
en
un patio escolar. Enero sueña ráfagas.
Brodsky
duerme a sabiendas de que ocurrimos lejos,
con
la voz enfriándose como piedras de iglesia.
Canción
de un hombre feliz
Cuadernos
del Mediterráneo
Ed. El
Toro de Barro,
Tarancón
de Cuenca, 2005
Grandes Obras de
El Toro de Barro
Neus Aguado, "Intimidad de la fiebre” Col. «La piedra que habla» Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed. Tarancón de Cuenca, 2005
PVP 10 euros.
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El Toro de Barro |
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