Monica Nepote
(1970)
Estocolmo
Mi rostro tiene la huella de tu puño cerrado,
un sello cardenal.
Es perfecta la armonía,
el sollozo contenido,
corazones rabiosos.
Nos pienso así:
divinos, enlutados,
atrincherados en nuestras propias bombas
de tiempo.
La sumisión,
los cerrojos.
Ciega soy, estatua rota.
Si un dios decadente nos filmara
hasta el fin del mundo,
aquí estaría
roja y liada
ante mi hermoso verdugo.
Mi rostro tiene la huella de tu puño cerrado,
un sello cardenal.
Es perfecta la armonía,
el sollozo contenido,
corazones rabiosos.
Nos pienso así:
divinos, enlutados,
atrincherados en nuestras propias bombas
de tiempo.
La sumisión,
los cerrojos.
Ciega soy, estatua rota.
Si un dios decadente nos filmara
hasta el fin del mundo,
aquí estaría
roja y liada
ante mi hermoso verdugo.
Otros
poemas de Mónica Nepote  
«Timbuctú»
Grandes Obras de 
El Toro de Barro 
![]()  | 
Carlos Morales, "Salmo” 
Col. «Cuadernos del Mediterráneo» 
Ed. El Toro de Barro, 
Tarancón de Cuenca, 2005. 
 | 
  


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