La mariposa de Chuang-Tze
Es
cálida esta tarde de febrero
y los almendros visten la franela
malva de todo lo naciente.
Por unos instantes la realidad
nos exime de ser algo distinto
a nosotros según las leyes
falsas de la vida.
Hace calor, demasiado calor
para fechas semejantes. El clima,
como los abrazos, es relativo
y puede traer los fríos pasados
aunque en el plantío las rosas vayan
a abrirse a quemarropa.
No, no nos equivoquemos.
No es la primavera que se anuncia.
Cada estación tiene sus flores y su sed
y ésas son de las que dejan su olor
muriendo pronto.
y los almendros visten la franela
malva de todo lo naciente.
Por unos instantes la realidad
nos exime de ser algo distinto
a nosotros según las leyes
falsas de la vida.
Hace calor, demasiado calor
para fechas semejantes. El clima,
como los abrazos, es relativo
y puede traer los fríos pasados
aunque en el plantío las rosas vayan
a abrirse a quemarropa.
No, no nos equivoquemos.
No es la primavera que se anuncia.
Cada estación tiene sus flores y su sed
y ésas son de las que dejan su olor
muriendo pronto.
De su libro Fugaz
(Biografía
de Juan Ramón Mansilla; Antología
poética; Comentarios
y reseñas de su obra literaria; Títulos
del autor editados por El Toro de Barro y blog del autor)
_________________________________________
© El poema, de Juan Ramón Mansilla.
© La fotografía, de HenryCartier
© El libro, de Ed. Añil.
En caso de reproducción, rogamos se cite la autoría.
5 comentarios:
Sí es sin duda un maravilloso poema, lo he leído más de una vez, pero es hoy cuando me ha sorprendido por lo que dice y lo que guarda.
Es una delicia de poema, la verdad. Es como, no sé cómo decirlo, como contemplar las cosas y amarlas tal y como son, sin más más. Encierra una filosofía de vida. Tranquiliza mucho. Es serenante. No me estraña que Carlos Morales lo tenga en mantillas, a pesar de que como poetas son los dos totalmente distintos. Enhorabuena, Juan Ramón, y enohorabuena Carlos. Y saludos para ti, Miriam. Tu blog es excelente.
Las cosas pequeñas, las pequeñas cosas...
Wow. magnífico!!!
Esas rosas, esas rosas que se abren a quemarropa son muy inquietantes. Y todo el poema con su serenidad es un torrente subterráneo que necesita abrirse camino entre las rocas de lo visible hacia otra percepción. Abrazos.
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