Wilver Moreno Tineo
Comunión
La compañera antecede, extiende las manos
y abriga al cielo. El ser expuesto y doliente, abierta al flujo de la vida,
abierta al amor y propagadora. La compañera cae como la lluvia, extiende y dona
su cuerpo como el gran mar envolvente. Yo me sumerjo, encuentro el origen y
nado hacia el infinito, hacia la zona cerrada del tiempo, hacia los pliegues
eternos de vida. La compañera atiende los sueños, los crea. Ella es soporte de
estrellas y la primera creadora. Toda ella rememora galaxias y tierra
primigenia. Toda ella es nacimiento. Yo me sumerjo en ella nuevamente, me dejo
arrasar por su gloria y me dejo callar por su misterio.
Nuestro
agradecimiento a la
Grandes Obras de
El Toro de Barro
PVP: 10 euros
Pedidos a:
edicioneseltorodebarro@yahoo.es
|
El dios desnudo lee
mi nombre.
Duino, me asusta su estatura
infantil.
Este olor a mar de mis brazos,
este desvestirse aunque cubras
mi cintura, aunque me retengas
en la petición de tus ojos
abiertos atándome, atándome.
Yo me confundo con la espera
de la desnudez.
A mi lado se yergue
la criatura
con su enorme sexo de bosque
como temible lanza
Y tanto huelo a mar
que ya no me defiendo
de esa herida.
mi nombre.
Duino, me asusta su estatura
infantil.
Este olor a mar de mis brazos,
este desvestirse aunque cubras
mi cintura, aunque me retengas
en la petición de tus ojos
abiertos atándome, atándome.
Yo me confundo con la espera
de la desnudez.
A mi lado se yergue
la criatura
con su enorme sexo de bosque
como temible lanza
Y tanto huelo a mar
que ya no me defiendo
de esa herida.
(Extracto)
Otros poemas de
María Antonia Ricas
No hay comentarios:
Publicar un comentario