Suave viene la noche
Suavemente la noche se te acerca,
como el pulso del mundo
se parece a tus labios.
Suave viene la noche,
como si una cascada de panteras
te subiera despacio
por la vida.
No hay dolor.
No queda ya dolor
ni sensaciones turbias
ni edificios en ruina.
La noche viene dulce
como una vieja amante que volviera,
y ya no sientes nada,
ni siquiera la angustia
de mirarte al espejo
y hacer muecas horribles para ponerte fea
como cuando eras niña
de los cuentos.
Viene la noche tibia
y en tu piel hay heridas de noviembre,
reflejos de jarrones de Pompeya,
vestales de otro tiempo,
anillos de amatista
o lapislázuli
y un ardor de Vesubio en tus pezones
devorados a fuerza de derrotas.
Suave viene la noche
para ti,
mujer de piedra,
reina de mi sueño,
ahora que empieza a despuntar el día.
como el pulso del mundo
se parece a tus labios.
Suave viene la noche,
como si una cascada de panteras
te subiera despacio
por la vida.
No hay dolor.
No queda ya dolor
ni sensaciones turbias
ni edificios en ruina.
La noche viene dulce
como una vieja amante que volviera,
y ya no sientes nada,
ni siquiera la angustia
de mirarte al espejo
y hacer muecas horribles para ponerte fea
como cuando eras niña
de los cuentos.
Viene la noche tibia
y en tu piel hay heridas de noviembre,
reflejos de jarrones de Pompeya,
vestales de otro tiempo,
anillos de amatista
o lapislázuli
y un ardor de Vesubio en tus pezones
devorados a fuerza de derrotas.
Suave viene la noche
para ti,
mujer de piedra,
reina de mi sueño,
ahora que empieza a despuntar el día.
De su libro
Suave viene la noche.
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© Del poema, Paco Moral
En caso de reproducción, rogamos se cite la autoría.
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