La isla móvil
Cuándo
el náufrago despertó
notó que la isla se movía.
Sus miembros estaban extenuados
por el duro luchar contra las olas
y apenas si podían mantenerse
sujetos a la aleta. La ballena
avanzó lenta y segura hacia el barco
y, de súbito, lo arrojó sobre cubierta.
Los marineros no daban crédito,
pero allí estaba el hombre, llorando,
y allí la ballena, alejándose.
notó que la isla se movía.
Sus miembros estaban extenuados
por el duro luchar contra las olas
y apenas si podían mantenerse
sujetos a la aleta. La ballena
avanzó lenta y segura hacia el barco
y, de súbito, lo arrojó sobre cubierta.
Los marineros no daban crédito,
pero allí estaba el hombre, llorando,
y allí la ballena, alejándose.
De su libro
Islas (2000)
Abriendo esta ventana,
encontrarás otros poemas de sus Islas; levantando estas cortinas, hallarás una amplia antología
de su obra; y traspasando esta puerta, accederás a
una seguramente incompleta bibliografía de esta Poeta
de El Toro de Barro.
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© El poema de, Mercedes Escolano
En caso de
reproducción, rogamos se cite la autoría.
PVP: 3 euros más gastos de envío
Pedidos: edicioneseltorodebarro@yahoo.es
1 comentario:
Hermosa alegoría, de un hondo significado. Te quedó muy buena la imagen.
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