Canción de
Año Nuevo
Puedes entrar. He dejado la puerta
abierta, la luz, la calefacción
encendidas. Hay un poco de vino
en la alacena, el café está reciente
por si me demoro y te vence el sueño.
Acaso estés aquí cuando regrese,
arropada en el sofá con mi manta
de viaje, reconfortada, quizá
complacida del mundo en su belleza,
sabiendo que hay una técnica pura
en esta maravilla de estar vivo.
Y si no estás, bendito sea el tiempo
en que estuviste. Sólo he de abrir
los postigos para que fluya el agua
llovida en la memoria. La luz, pronto,
dejará en las paredes una sombra
que llamará en sus labios con tu nombre,
contenta de estar en casa de nuevo.
De su libro
Otros poemas de Juan Ramón Mansilla
”Retrato de Gustav Mahler” * "Museo de Villa Giuglia"
"Clase de música" * "Diciembre"
"La mariposa de Chuang-Tzé" * "Canción de año nuevo"
"Estornudos" * "Vacas" * "Playa"
"Nubes" * "Estuario"
Grandes Obras de
El Toro de Barro
Juan Ramón Mansilla, "Una habitación en rojo".
Col. La Piedra que Habla.
Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales Ed.
Tarancon de Cuenca, 2011.
PVP 10 euros
edicioneseltorodebarro@yahoo.es |
8 comentarios:
Eres muy bueno escribiendo.
Me alegro de haberte encontrado.
Seguiré tus letras.
Un cordial saludo.
Mercedes Ridocci.
QUE DECIR,SI LAS PALABRAS BRILLAN POR SI SOLAS
SALUDOS DESDE LA PATAGONIA
Hallé este libro en Montevideo, y quiero decirle que me quemó la mano. Ruego le transmita Ud. al poeta mi felicitación profana. Y quede para Ud mi agradecimiento por hacerlo traer hasta acá, pues nunca nos llega nada nuevo que merezca la pena.
Maravilloso, impecable, perfecto. Es lo que más me ha gustado de este autor, amigo tuyo Carlos. Un saludo.
Leyendo este libro, entiendo que insista e insista tanto con su autor. Es que realmente es grande, no parece de aquí. Este pais nuestro está cargado de incontinencia. Aunque a mi me gustó más su primer libro. Era más inglés. Un saludo.
Agradezco, complacido, todos sus comentarios. Uno no sabe bien con qué quedarse de su obra, solo sabe lo que hay detrás de cada una de sus obras, el trabajo incluso. Pero eso no es sino algo imponderable. Una vez que es pública no son sino aves migrantes que deciden en qué ventana anidar, en qué lectura posarse.
Pues voló lejos, anidó en mi ventana y me lo apropio, gracias a ambos, a Carlos y al autor.
No lo digo porque Juan Ramón Mansilla sea tu amigo querido, o como tú dices tu único amigo. Siempre me pregunto el por qué se empeñan tantos poetas en parecerse a pájaros que sobrevuelan la realidad cotidiana de la gente común? ¿Acaso la vida no vale en si misma para la poesía? Me gusta Mansilla porque no cae en semejante soberbia. Aquí se ve un hombre como yo, un hombre que habla de mi y de nosotros, de nuestro mundo pequeño, de nuestros contratiempos diarios, y con nuestra propia voz, la misma con que hablamos a nuestros propios hijos. Él es nosotros. Todos buscamos algo así. Yo por lo menos.
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