Caravaggio
Federico Naredo
El verdugo
Ese pequeño instante en que el verdugo parede coquetear con el arte abstracto.
Esos recuerdos de su prematuro encuentro con la muerte.
La hemorragia de su madre en simultáneo con su nacimiento y vocación.
Ese vientre desatado
esa marea de vida dispuesta a concretar condenas
sobrevive, indiferente los pesimistas cálculos clínicos.
Así nació el verdugo
y la circunstancia fortaleció el poder de sus músculos al tomar la empuñadura.
El profesionalismo y la voracidad del hacha desconoce de lapsus reflexivos.
Actúa.
Corta el aire, corta la piel, corta la médula.
Espeso y encefálico carnaval en la superficie del cadalso.
Gotas a estrenar
persistentes lamparones coagulados
significativos testimonios genético- medievales.
Este poema espera el rechinar de la conciencia de la mano ejecutora.
Mientras tanto describe el cromatismo violáceo de cierta furia social
comprimida en la caída de una filosa y catártica porción de hierro.
1 comentario:
Un poema "hermosamente" DESCARNADO
La imagen de Caravaggio... una joya del arte.
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