Poemas con lluvia en el pelo
He imaginado que estabas muy cerca. Hermoso. Y no necesité palabras para expresar la belleza de tu suave territorio. Soñé que me reconocía en el atardecer de tus ojos y por un instante la tristeza se descolgó de la lámpara.
Llovía en tu pelo.
***
Fértil como lo mágico que regresa a la vida,
nana de la ternura,
¿Dónde te hallas? Abres como un rumor
cómplice de poemas,
parte, mínima parte de tu gesto
etrusco y misterioso.
Te concurro, te busco y te convoco
a la comarca indómita
de los nombres que asombran a mis párpados:
¡ven! no pidas permiso. Sólo ven.
***
Una vez sin tus manos
llevarás guantes como los que caminan sin voz
para evitar el eco de palabras,
y en el tibio reposo de lo fácil
se extinguirá el misterio.
Olvidarás el vértigo entre el perdón y la culpa
y pasarás por alto el sudor y la saliva
de todo lo que fuiste.
Llevarás guantes.
Y en los ojos, la cepa de otro linaje,
el sueño del pasado
y un perfil de tristeza
que no logra mirar fijamente. Llevarás guantes.
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