Artur Borzecki
José Luis Giménez Frontín
(Barcelona, España 1943)
Elegía de las
casualidades
I
Trepidaba gozosa en nuestro sueño
una tierra desnuda,
y, apenas regresados de la noche,
los suelos ondulaban.
Su intensa, negra luz,
a peso, cenital,
tan natural entonces
como el largo bramido
de un trueno retumbante.
Sir John y aquellos tiempos
de las casualidades.
Soñábamos el nombre
de un país silencioso
y al punto nos amaba
una mujer oscura.
A los ojos mirábamos
el rostro de la llamas.
En la urdimbre ardorosa
moríamos, deshechos,
y al poco proseguíamos
con el paso callado de los tigres
-perfecta geometría-,
sin ningún equipaje
con otro cuerpo nuestro
más ligero,
más desde siempre nuestro.
Si pensabas en alguien lo encontrabas
al volver una esquina.
Te saludaban con otro nombre gentes
que nunca conociste.
Recordabas palabras nunca oídas,
que elegían tu voz.
Imantados estábamos
sin poder evitarlo
por formas insistentes
que de lejos llegaban.
De realidad cargadas.
Henchidas de su nada
como un cuenco sabroso.
Nada nos sorprendía nuestro encuentro
con arcángeles ciegos
de inagotables nombres.
II
¿En qué momento el día
se hizo cinta sin fin?
¿Qué urgencias amorosas,
qué razones cordiales,
qué hermandad, qué argumentos,
te fueron apagando?
¿Te empujaron qué fuerzas al abismo
de las desafecciones?
¿En qué momento el día
se hizo cinta sin fin?
¿Qué urgencias amorosas,
qué razones cordiales,
qué hermandad, qué argumentos,
te fueron apagando?
¿Te empujaron qué fuerzas al abismo
de las desafecciones?
III
No te resistas más,
sir John, amigo.
De lentitud cargadas
no acaricies más piedras
junto al río insaciable.
Más palabras no hilvanes.
El cupo se ha cumplido
de las casualidades
y no ignoras
qué puedes esperar del enemigo
más paciente, más fiel,
más tú mismo en ti mismo.
Y al fin inevitable.
......
Grandes Obras de
El Toro de Barro
Carlos Morales, "Salmo” Col. «Cuadernos del Mediterráneo»
Ed. El Toro de Barro,
Tarancón de Cuenca, 2005.
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