Fotograma de Muerte en Venecia. |
Juan Ramón Mansilla
(1964)
(1964)
Retrato de Gustav Mahler
Todo está en el mismo sitio,
similar, nuevo, atrapado
con deslumbre de albor, con claridad desconcertante,
un viajero solo en cubierta
frasea notas truncadas con motivos de espuma.
Un sanatorio en Viena, la voz alta de quien ya no oye nada,
a proa la extinción, la renuncia, el fingimiento.
¿Quién completará las obras que sólo para el viento quiso?
Es un velo la quietud que envuelve su rostro
como un mar de repente en suspenso,
un emblema destinado a enseñar
aquello que no dice.
La brisa desordena la paz fijada de un instante
en que el aroma es tan sutil
como pueda serlo su concepto.
Desde la proa observa la fiebre
que acerca glisando
un violonchelo azul sobre las olas.
No está desplegado el tiempo,
futuro y presente apenas se distinguen.
¿Habrá música, mar, habrá canciones?
Sólo de lejos se siente la progresión de la vida,
el hechizo de evocar los presentimientos.
¡Si pudiera sustraer de la muerte un día más,
siquiera un día!
Las dudas, los contrastes, la decadencia,
el mundo con su oropel, su eterna risa,
los bosques, el mar, la melodía que ya tenía soñada.
¿Qué será de ello cuando falte?
La costa, un puerto, una mujer que saluda.
El viajero solo, interminablemente solo,
la voz crecida de quien nada percibe,
contempla el pasado como un náufrago la playa.
Quieto todo, varado en el sitio de siempre,
atrapado con sonido de sombra y silencio duro.
Un tren, el paisaje al fin detenido,
mudo definitivamente, muerto, entelado.
El tiempo se ha escindido en dos mitades.
Que no figure en la tumba nada salvo mi nombre,
quienes vengan sabrán que la música
ahora está sosegada bajo las lilas abiertas.
De su libro
El Toro de Barro, 2000
Otros poemas de Juan Ramón Mansilla
Grandes Obras de
El Toro de Barro
Juan Ramón Mansilla, "Los días rotos".
Col. «Mayor de poesía»,
Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales Ed.
Tarancon de Cuenca, 2001
PVP 8 euros
edicioneseltorodebarro@yahoo.es |
El Toro de Barro |
2 comentarios:
Este poema tiene muchos puntos de mérito: como el de escoger ese tópico del retrato de alguien conocido, el entorno histórico decadente de cambio de siglo que hace presagiar desastres por venir, entre los que se mimetiza su propia decadencia y muerte, me hizo recordar, además de "Muerte en Venecia", "En busca del tiempo perdido".
Hay párrafos muy interesantes líricamente hablando:
"¿Quién completará las obras que sólo para el viento quiso?"
"Desde la proa observa la fiebre
que acerca glisando
un violonchelo azul sobre las olas."
"El tiempo se ha escindido en dos mitades."
"Que no figure en la tumba nada salvo mi nombre,
quienes vengan sabrán que la música
ahora está sosegada bajo las lilas abiertas." (Un broche de oro).
Estilo escritural que recién estoy conociendo y me parece de difícil abordaje, no por lo que al autor se refiere, sino por mis propias limitaciones.
Yo, sinceramente, considero que Juan Ramón Mansilla ha sido una de las aportaciones más completas del Toro de Barro a la poesía de España. No es el único, pero sí es de los pocos que han sabido naturalizar, o interiorizar, el modo inglés del lenguaje poético, de un tono eminentemente narrativo. Considero de justicia felicitar al poeta Carlos Morales, el editor, que con tanta insistencia lo está desplegando -me refiero a Mansilla- allí por donde puede. El autor de cosas imposibles -quién ha logrado, sino él, poner juntos a poetas árabes y judíos en un mismo libro?- ha demostrado ser no sólo un editor valiente, sino también un lector con mucho olfato. Mansilla es la prueba. La mejor prueba...
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