Ciervo
A
Federico García Lorca
Sal
tú, bebiendo campos y ciudades,
en largo ciervo de agua
convertido,
hacia el mar de las albas
claridades,
del martín-pescador mecido
nido;
que yo saldré a esperarte,
amortecido,
hecho junco, a las altas
soledades,
herido por el aire y
requerido
por tu voz, sola entre las
tempestades.
Deja que escriba, débil
junco frío,
mi nombre en esas aguas
corredoras,
que el viento llama,
solitario, río.
Disuelto ya en tu nieve el
nombre mío,
vuélvete a tus montañas
trepadoras,
ciervo de espuma, rey del
monterío.
Grandes Obras de
El Toro de Barro
PVP: 8 euros
Pedidos a:
edicioneseltorodebarro@yahoo.es |
Yo, que he sobrevivido a cien
lanzas
y he hecho temblar el vientre
del desierto con uno solo de mis carros,
perdí ante tus ojos mi última batalla.
Ser cobarde en amor equivale a estar muerto.
3 comentarios:
Querido Carlos, tú no necesitas a nadie para acercarte a los grandes poetas, pero agradezco mucho el detalle y la cita. Acabo de leer tu post sobre La Antología de la Poesía del Holocausto, en la que me honra estar, un trabajo monumental por tu parte que merece un reconocimiento, ya. Una pequeña salvedad , con respecto al soneto que nos ocupa, si bien, solemos pensar que casi todos los poemas dedicados a Lorca fueron escritos después de su fusilamiento, no es el caso. Este soneto fue escrito entre 1924 cuando Alberti se reponía de una afección pulmonar en la sierra de Guadarrama . Pertenece a Marinero en Tierra, que obtuvo ex aequo con Gerardo Diego El Premio Nacional de Literatura en 1925. Forma parte de un conjunto de sonetos y se titula Verano. Un soneto magnífico, de mis favoritos, junto con Amaranta y Lo que dejé por ti (Dame tú Roma, a cambio de mis penas/tanto como dejé para tenerte…)
Querido Carlos, tú no necesitas a nadie para acercarte a los grandes poetas, pero agradezco mucho el detalle y la cita. Acabo de leer tu post sobre La Antología de la Poesía del Holocausto, en la que me honra estar, un trabajo monumental por tu parte que merece un reconocimiento, ya. Una pequeña salvedad , con respecto al soneto que nos ocupa, si bien, solemos pensar que casi todos los poemas dedicados a Lorca fueron escritos después de su fusilamiento, no es el caso. Este soneto fue escrito entre 1924 cuando Alberti se reponía de una afección pulmonar en la sierra de Guadarrama . Pertenece a Marinero en Tierra, que obtuvo ex aequo con Gerardo Diego El Premio Nacional de Literatura en 1925. Forma parte de un conjunto de sonetos y se titula Verano. Un soneto magnífico, de mis favoritos, junto con Amaranta y Lo que dejé por ti (Dame tú Roma, a cambio de mis penas/tanto como dejé para tenerte…)
La majestuosidad del ciervo, señor de los montes, de los bosques, del agua, de los faldones nevados, del eco en medio de las soledades. Buena metáfora del poeta.
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