viernes, 2 de mayo de 2014

«La puerta carcomida», José Luis Morante

José Fábregas (Osselín)


José Luis Morante
(1956)
La puerta carcomida 

              

En el primer día de su ausencia 

 

Con pulso firme el hombre
decide abrir la puerta de su tiempo.
Desde el umbral contempla,
con dolor y nostalgia, la niñez:
paredes transparentes
que un lamentable olvido acumulado
dejó casi vacías.
Hoy sostienen acaso un traje rojo,
sombra y polen de los bosques cercanos,
una esfera, tebeos...
Mira su adolescencia: dogmas rotos,
esperanzas estériles,
ventanas obturadas de verde y denso musgo.
Vislumbra las entrañas
de otras habitaciones que ilumina
una vela gastada en días grises.
Se da cuenta -lo atestigua su rostro
enarbolando una sonrisa triste-
que su tiempo le cabe
en el cuenco cerrado de la mano.
Y aceptando su sino
declinó en los postigos la falleba,
basculó en el dintel la puerta carcomida,
encadenó la verja despintada,
y penetró con gozo en el jardín umbrío
 a conversar sin tregua,
entre la espesa fronda, con la muerte.

 

De su libro
         Rotonda con estatuas,
Madrid, 1990




 Grandes Obras de 
El Toro de Barro
 
Carlos Morales, "Un rostro en el jardín”, Col. «Cuadernos del Mediterráneo», Ed. El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca, 2000.
Carlos Morales, "Un rostro en el jardín
Col. «Cuadernos del Mediterráneo»
Ed. El Toro de Barro,
Tarancón de Cuenca, 2000.






 

















1 comentario:

  1. "Su tiempo le cabe
    en el cuenco cerrado de una mano..."
    Cuánta realidad hay en estas palabras amigo mío...!!! Hermoso poema.

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