Mónica Nepote
(1970)
El eco del cielo
Origen
Por mera cuestión de
ancestros mi nombre está cerca de las piedras.
La lengua ruda y lastimada
que hablaron mis abuelos me pertenece ahora cómo algún día fueran suyos la pala
y la pica. En tarea semejante a su
designio minero me hundo en la caverna del lenguaje hasta hacer brotar la gema,
pájaro que acude a la ventana de una niña. El secreto radica en descubrir si el
ave es cuervo o petirrojo.
El lugar
Ahondo en el lugar con
recelo, el tacto torpe –como si desprendiera la espina en el temor presagiado
del dolor. Ahondo en el lugar sin la certeza de la piedra o el polvo.
La luz no conoce esta
esquina. Pies y brazos siguiendo cómo Lázaro la voz, animal impreciso en el
cuerpo de la noche.
Fuego
La lengua resplandece por el
aire. La tierra es víctima de la violenta llama. Devora. Tras el silencio, un
balbuceo toma la forma y la destruye. Pero es la luz que corrompe el infierno.
Es la luz cuya herencia de ceniza forma el alfabeto legible a los cegados.
Oráculo
Está en el eco del cielo, en
las cuentas de vidrio sobre el pañuelo del mago. Está en el hilo dorado con el
que tejes mis ojos, en la sangre, en el índice de la bruja dormida; en el trazo
del agua. Donde quieras que esté, ahí habita, cómo una mano sobre tu pecho o
una voz, sonámbula, nombrándote desde otra orilla.
Liturgia
Signos en el rostro, cayendo
en lluvia de sombras. Por la orilla nos acercamos, suaves en el caudal. Tocamos
el reflejo: agua en la punta de los dedos, tocamos otra vez: aceite. Decimos
fuego y otorgamos un reino de elementos a tu cuerpo. Ligera, desde el fondo de
tus ojos habla el nombre.
El regreso
Conquistar la pluma y la
caricia del sonido como quien vuelve a la casa del padre. Volver a esta hoja,
desnuda ante la palabra y la razón del alfabeto, como una planta que ha
decidido crecer a pesar del vidrio hundido en el calor terrestre. Construir de
nuevo una ventana, la habitación y el orden del signo trazado en este mar
blanco.
Espejismo
Palmeras en el paisaje
nevado. El canto. Las perlas caen por la pendiente se hunden en el agua, se
diluyen tras el círculo. Ondea. La playa se pierde en el color del estandarte,
testamento de aire.
Si de eso se tratase.
Tejería, tejería, una imagen
tras otra.
La mano palpando la ligereza
del trigo, la mano alzada celebrando el viento, sin espinas en la lengua.
Si de eso se tratase la
escritura.
Otros poemas de Mónica Nepote
Grandes Obras de
El Toro de Barro
Carlos Morales, "Coexistencia (Antología de poesía israelí –árabe y hebrea– contemporánea” Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed. Tarancón de Cuenca, 2002. PVP 10 euros. |
El Toro de Barro |
Hermoso, certero, dulce y salobre a la vez, encuentro y desencuentro, presencia de esa raíz que jamás nos abandona, que nos junta a la tierra, las piedras, el cielo y el aire. El fuego ciertamente es el transmisor, el prometeico, aún adosado a una roca. Y ella lo libera una y otra vez, en busca de una identidad que a todos nos pertenece. Como siempre gracias Carlos por tantas joyas como nos entregas.
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