Juan Calero Rodríguez
(Cuba, 1952)
Sloopy Joe`s Bar
En
los portales donde todavía se besan las calles
Zulueta
y Ánimas, donde estuvo la parada de la 22.
Sólo
resistía una barra de dieciocho metros de caoba negra
maltratada
y maloliente, donde María Félix
pronunció
más de uno de sus acostumbrados I love
you
mientras
se desamoraba de esos pobres jirones, ese sabor a olas.
Yo
era un escurridizo pardillo de la gloria
atraído
por la magia en aquel antro de perdición.
No
conocía nada de hombres solos o acompañados
en
el mismo baño donde se abrieron la bragueta
Errol
Flynn y Marlon Brando.
Y
me asustaba qué hacía en un local tan solitario
frente
a esa galería de caras sonrientes y autografiadas.
Sus
vitrinas desconchadas, como cofres de gaitas,
conservaban
el polvo de lo que pudo ser la torre de Babel.
Ava
Gadner titila el ojo insomne
donde
la pestaña postiza le pesaba tanto como el escote.
Clark
Grable con su interminable pitillo humeante
aun
surcaba sus puentes imaginarios,
con
el cejo levantado,
bebiéndose
su enésimo high boll.
Muy
cerca, el Hotel Plaza, donde durmieron
sus orgías
Spencer
Tracy y Tyrone Power, quizás
en
las mismas habitaciones yo fui un almendro florido
cuando
ya no era ni hotel, ni plaza, ni puerto de peces
pero
sí en la misma esquina del Parque Central
donde
José Martí nos saluda para siempre
con
su mano levantada.
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Y una obra maestra.
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El Toro de Barro |
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