domingo, 14 de octubre de 2012

Poesía del Holocausto: Miklos Radnôti, "Marcha forzada"



(En preparación, por Carlos Morales)
Marcha forzada
 




Está loco el que, habiéndose desplomado     se levanta y reanuda el paso,
y como dolor flotante                  mueve tobillo y rodilla,
y retoma la marcha,                    como llevado en alas,
y en vano lo llama la cuneta,     no se atreve a quedarse,
y si preguntas ¿por qué no?       quizá conteste aún
que una mujer le espera             y una muerte más sabia y más hermosa.
Pero está loco el infeliz,              porque allí sobre los hogares
hace tiempo ya que sólo             el viento abrasado remolina,
se ha vencido la pared de la casa,          el ciruelo se tronchó,
y el viento eriza el vello              de la noche vernácula.
Oh, si pudiera creerlo:                que no sólo llevo en mi corazón
todo lo que aún vale la pena       y hay un hogar al que volver;
¡si aún existiese! y como antaño    en el fresco y viejo porche
zumbase la pacífica abeja           en tanto se enfría la confitura de ciruela,
y el silencio de los fines de verano    tomase el sol en los jardines soñolientos,
entre el follaje los frutos             desnudos se meciesen,
y Fanny me esperase rubia         ante el seto bermejo,
y escribiese sombras lentamente            la lenta mañana,
–pero ¡sí, es posible todavía!     ¡la luna hoy luce tan redonda!
No sigas andando, amigo,          ¡repréndeme a gritos y me levantaré!





Otros poemas de

"No puedo saber"   *   "Séptima égloga"

"Postal primera"   *   "Viví sobre esta tierra"

"Postal segunda"   *   "Marcha forzada"

"Postal tercera"

"Última postal"

 

Otros




 ©  Herederos de Miklós Radnóti
 ©  De la versión, Carlos Morales
y Ed. El Toro de Barro
©  De Negra leche del alba, El Toro de Barro.
En caso de reproducción, rogamos se cite la autoría.

 


Grandes Obras de
El Toro de Barro
PVP: 10 euros Pedidos a:
edicioneseltorodebarro@yahoo.es

 
En un dramático–y real– camino de retorno, algunos de los 130 niños que sobrevivieron a Auschwitz viajaron de nuevo al escenario de aquel apocalipsis con un grupo de estudiantes israelíes de secundaria, en el que se encontraban sus hijas. El encontronazo de dos generaciones distintas con aquella memoria de dolor provocó una gigantesca catarsis individual y colectiva, cuya historia fue narrada por la psicóloga infantil Amela Einat en La cicatriz del humo, Esta novela coral pone de manifiesto las diversas formas de experimentar la presencia real de aquella tragedia en todas las generaciones del Israel contemporáneo, de cuyas patologías Amela Einat es una reputada e innovadora especialista




"El Profeta", de Carlos Morales. De su Libro "S". Ilustración Leonardo da Vinci





















  

1 comentario:


  1. Cómo adjetivar un poema escrito y guardado en el pecho de un hombre obligado a caminar hacia su propia muerte. Cualquier palabra queda reducida a añicos. Uno simplemente lee en silencio y le devuelve la vida a Miklós, por unos instantes, para que regrese de nuevo ante el seto bermejo, al viejo porche, a aguardar que se enfríe la confitura de ciruela. Y al hacerlo uno se sienta con él a soñar que alguna vez todos los hombres tengan un solar y un porche y una golosina que compartir. A ver si de tanto hacerlo terminamos por ahuyentar la muerte y resucitar la vida

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