Mariano Fortuny
Autor anónimo
El sueño
de los lebreleS
A la sombra alargada de un ciprés,
mis
dos lebreles duermen,
como
yacen las flechas en la aljaba.
Cierra
dulcemente la puerta y ven a acariciarlos:
tu
mano hará que en sus años se levante la frescura
de
un arroyo del Líbano.
Traducido de la edición
francesa de
El jardín de las caricias,
De Fanz Toussaint
"La voluptuosa" "El sueño de los lebreles" "El alfarero"
"Canto de despedida" "La serpiente" El alfarero
"La bailarina" "La batalla" "El Vencido"
"La canción del guerrero" "La arena"
Grandes Obras de
El Toro de Barro
abierta, la luz, la calefacción
encendidas. Hay un poco de vino
en la alacena, el café está reciente
por si me demoro y te vence el sueño.
Acaso estés aquí cuando regrese,
arropada en el sofá con mi manta
de viaje, reconfortada, quizá
complacida del mundo en su belleza,
sabiendo que hay una técnica pura
en esta maravilla de estar vivo.
Y si no estás, bendito sea el tiempo
en que estuviste. Sólo he de abrir
los postigos para que fluya el agua
llovida en la memoria. La luz, pronto,
dejará en las paredes una sombra
que llamará en sus labios con tu nombre,
contenta de estar en casa de nuevo.
Otros poemas de
Bellísimo, de una majestad que bien la querría Salomón.
ResponderEliminarSutiles metáforas del más fino erotismo. Como es la poesía árabe.
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