martes, 28 de febrero de 2012

"Los gorriones", de Jesús Munárriz






Jesús Munárriz, "Viento Fresco", Ed. El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2002
Jesús Munárriz


Jesús Munárriz
Los
gorriones



Los gorriones son gente de cuidado.
Desconfían muchísimo. Hacen bien.
No tienen sindicatos ni matrículas,
nadie los riega todas las mañanas,
no llegan a menudo a centenarios,
las uñas se les ven sin manicura,
de pequeñitos fueron sólo un huevo,
los chinos les juraron guerra a muerte,
en otoño les duelen las junturas,
las bichas hipnotízanlos protervas,
llámanles maricones los ministros,
los flautistas defecan en sus barbas,
desplúmanles pechugas los enanos,
plántanles cepos los latifundistas,
móntanles redes los de la fritanga,
ahógalos de amor el tierno infante,
son gente con qué pocos partidarios
los jodidos gorriones. Son triperos.
Son bajitos. Y vuelan, pero poco.
¡Cómo no van a ser insoportables!
Échales más veneno en las miguitas.





De su libro
El Toro de Barro, 2000.





Otros Poemas de Jesus Munárriz



Jesús Munárriz, "Viento Fresco", Ed. El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2000
PVP 8 Euros
Pedidos a edicioneseltorodebarroyahoo.es





 
© Del poema, Jesús Munárriz
En caso de reproducción, rogamos se cite la autoría.


Toro de Barro, de Pedro Mercedes. Ícono de la editorial conquense El Toro de Barro
Poeta de 
El toro de barro




















«La huida», de Czeslaw Milosz






Czeslaw Milosz
(Lituania, 1911 – Polonia, 2004)
La huidA



(1944, Goszyce)





Cuando escapábamos de la ciudad en llamas,
En el primer camino del campo volví la vista atrás,
y dije: “que la hierba cubra nuestras huellas,
que el fuego acalle el clamor de los profetas,
que los muertos cuenten a los muertos todo lo que sucedió.
A nosotros nos tocó crear una generación nueva y violenta,
Sin el mal ni la dicha que existió allí..
Sigamos”.

Y la espada de
fuego nos abría la tierra.



Otros poemas de
Czeslav Milosz

«Canción del fin del mundo»



Grandes Obras de 
El Toro de Barro
Neus Aguado, "Intimidad de la fiebre”, Col. «La piedra que habla», Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed., Tarancón de Cuenca, 2005, PVP 10 euros. edicioneseltorodebarro@yahoo.es
Neus Aguado, "Intimidad de la fiebre”
Col. «La piedra que habla»
Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed.
Tarancón de Cuenca, 2005
PVP 10 euros.
Neus Aguado, "Intimidad de la fiebre”, Col. «La piedra que habla», Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed., Tarancón de Cuenca, 2005, PVP 10 euros. edicioneseltorodebarro@yahoo.es





 



















lunes, 27 de febrero de 2012

"Deshielo", de Esther Ramón



Lilith, por John Collier.
Esther Ramón
(1970)

Deshielo




No tengas miedo

de mirar por mis ojos.
Me dijo la serpiente.
Fluye, fluye como la muerte,
mira cómo mi piel se desprende
contra la corteza,
ven, deja que te coma,
arrastra mis escamas,
entra.

Asómate y cae, olvida tus brazos,
en el agua eres una piedra
que fluye, fluye como la muerte.
Ven. Expulsa el aire y la tierra
del cuerpo y derrámate
en el camino sin piernas,
las hojas se pegan a tu piel
viscosa: ahora eres una
rama que se desliza.

Paseas por el bosque envenenado.
No tengas miedo.

Parirás un insecto afilado y seco,
un saltamontes sin forma
que atraviesa, sin rozarlo, el sendero,
que sobrevuela las ramas tiernas,
que se posa en los troncos
tocados por el rayo.

No tengas miedo
de mirar por mis ojos.

Me dijo la serpiente.

Tus manos, tus pies son
una bandada de cigarras que
asolarán el lago embarrado
antes de desaparecer entre
el humo de los enjambres.

Entonces nos arrastraremos.
Baja la cortina y mira
la ventana oscurecida,
ya no hay árboles sino
sombras que podrían ser
cuerpos en la pradera que
se enfría.

Baja los párpados: los cuerpos
son letras que atrapas
con tu lengua precisa,
con mi lengua, y al tragarlas
nos duplican y hacen pesado
el camino.
Las escupimos en cada matojo,
en cada madriguera.

El bosque se llena con las voces de los muertos.

Escucha. Escúchalos.
La canción sin gargantas penetra
nuestros poros congelados lejos
de las últimas cabañas derramo
la marea quebradiza de tus pasos
reptando en círculo sobre las ortigas.
Ven. No tengas miedo
de mirar por mis ojos.
Me dijo la serpiente.
Fluye como la muerte. 

 


de su libro
Tundra
 Igitur, 2002
 
 

 Grandes Obras de
El Toro de Barro
Carlos Morales, "Un rostro en el jardín", Col. Cuadernos del Mediterráneo, El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2000
Carlos Morales, "Un rostro en el jardín"
Col. Cuadernos del Mediterráneo.
Ed. El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2000.
edicioneseltorodebarro@yahoo.es


 









 















viernes, 24 de febrero de 2012

(1975) "Ahogada sirena, La", poemas que Eugenia León escribió cuando tenía 9 años.







Poemas escritos en 1975,
cuando la autora tenía nueve años de edad






AHOGADA SIRENA, LA

La sirena ahogada
está en el río.
Como nadie la quería,
tomando champán y vino.
RECUERDOS

Yo confío en el corazón de mis amigos.
La perla se ha entristecido en el mar.
El paisaje se va alejando como una paloma.


YO Y LA LUNA

La carreta helada y un árbol deshojado entristecieron al mar.
La lluvia cae en la arena y la luna da su reflejo.




EL ÁNGEL

Una estrella brilla en las alturas.
Dice un ángel: "ya es hora de dormir", y va y apaga la estrella.
Y todo oscuro duerme en Belén.




EL MUNDO

El pequeño mundo que va rodando, siempre pone la misma luz.
La misma función hace todos los días a la misma hora.
La vida es siempre un agujero que da la vuelta.




El ÁRBOL

El amor es una hoja de un árbol.
Cuando la hoja se cae del árbol
es cuando se separa el amor del corazón.



ATRISTECE

Un cortijo me atristeció.
El olivar se aleja de la memoria como si fuera a morir.


LA POESÍA

Todo el mundo es poeta:
los jóvenes, viejos y mancos, etc.

Unos más, unos menos;
pero la vida es diferente.

Cuando se muere un poeta,
nace otro.







NIEBLA

La niebla tapa los barcos.
Una nube gris ha hecho llover.
Un barco, al alejarse con su humo escribe palabras en el cielo. 



LA ESPERANZA

La esperanza es un pasado dulce que suavemente atraviesa el sueño.


UN LUNAR

Un lunar tiene mamá como un granito de arena que cae del reloj.
Parece una perla redonda en el cuello y que fuera a vivir con ella siempre.



SUS PLUMAS

Mi pájaro amarillo abrió sus plumas.
Y mirando por la reja de la tristeza empezó a cantar.









LA MURALLA

Consiguieron alcanzar la suavidad.
Pero la suavidad es inútil para lograr el amor.
Porque una muralla los separa.



RAMA EN UN ÁRBOL

Hubo una rama en un árbol, no como las demás.
Una rama que nada más servía para la alegría de los rayos del sol.


PLUMAS

Caen las plumas de un nido vacío,
y por el aire se creen que vuelan.



SONRISA DE MAMÁ

Cuando mamá sonríe
abre y cierra los labios
como un tulipán rojo.



EN UN DÍA NUBLADO

En un día nublado me gusta mirar la vida con su color de fuego.



LLUVIA

Un suspiro profundo
es un pájaro que vuela para taparte la lluvia.



JORGE GUILLÉN

En mi pensamiento está Jorge.
Una campana llevo para decirle adiós.



PALOMA

La paloma va por los caminos que da Dios para ir al cielo.



SOMBRA

Un alguien, enfrente de Dios, no puede ver su sombra.
Pero Dios, enfrente de alguien, sí puede ver la sombra de sus recuerdos.





FAROLA

De noche es todo triste. La Farola no tiene amparo.
Quiere dejar de alumbrar. Su cristal no brilla.
Yo le traigo gaviotas para que alumbre y no esté sola.




VICENTE ALEIXANDRE
                                  
Un pájaro vuela de mis manos,
y al mismo tiempo ha pasado un ángel.


FUENTE

Hay una fuente
llena de días
que sólo sirven
para el recuerdo.

           

CIUDAD

Hay que levantar la ciudad
para que pase por debajo el camino del sueño.



LLAMA DE FUEGO

Una llama es mi amigo cuando sonríe.
Como candela que se enciende en la oscuridad.



HILOS

Todo nace en primavera.
Y las arañas se despiertan sobre sus hilos.


 COSAS NUEVAS

Viene el viento a acariciar un monte
y le habla de las cosas nuevas que pasan por ahí.




ROSAS

Las rosas se abren por la mañana
y cantan como los gallos.




MARZO

Lirios, lirios, lirios, lirios.
Marzo se extiende.



MARGARITAS

Sí. No.
Si. Do.
Re. Mi.

PASEO

Van las monjitas
de dos en dos,
de dos en dos,
de dos en Dios.


PERDERSE

Me he perdido en el fuego,
y no encuentro la salida de una llama.






COJÍN

Me echo en un cojín
y contemplo las rosas hasta que se duermen.





NEGOCIO

Mi negocio es agacharme
y coger una flor
y ponerla en un jarro
y echarle agua.

No sé hacer otra cosa.


LILAS

No las traigo para olerlas,
sino para consolarte.



ARO

Por un aro entra mi cuerpo
y creo que sale otra persona.



TIJERAS

Con unas tijeras corto la noche
y suena el ruido que lleva dentro.



De su libro 
Ahogada sirena, La
El Toro de Barro, 2001

Los poemas que escribió a los nueve años

Los poemas que escribió a los diez años

Los poemas que escribió entre los once y los doce años.

 



Eugenia León, "Ahogada Sirena, La," Ediciones El toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2001
PVP 8 Euros
Pedidos a: edicioneseltorodebarro@yahoo.es

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©  Del prólgo,