José
Luis Giménez-Frontín
El vagón de Kolimá
MÁS ALLÁ DEL TEMIDO PORTÓN DE LOS URALES,
AL NORTE Y A LO LARGO DE TODO EL KAZAJISTÁN, DE MONGOLIA Y CHINA, DERIVA
DIMINUTO, SIN CRONISTAS, EL TREN TRANSIBERIANO UN DÍA Y OTRO DÍA, SEMANA TRAS
SEMANA, ACASO MES TRAS MES, HASTA ENTREGAR LOS RESTOS DE SU CARGA EN EL MAR MÁS
REMOTO, APENAS MUSITADO, CON DESTINO FATAL A KOLIMÁ.
"Después, todos los
días me pedían:
Recítenos alguna cosa más!”
Recítenos alguna cosa más!”
Nina Gagen-Torn
La
estepa te rodea, Nina Gagen, la estepa nos rodea
De cuna a cuna helada nos rodea
Sin límites, helada, la estepa, Nina Gagen
Y no hay noche pascual ni amanecer tangible
Hacia el rumbo insistente, sin límites, helado
En tu vagón de harapos y ganado humeante
En la paz auroral de los blancos metales
Liberada por fin de tus torturadores
De camino hacia otros
Navegando la tierra de la muerte hecha tierra
Hecha niebla, hecha llaga y mar petrificado
En el plomizo instante saturnal del odio
Larga noche negada, sin nombre, sin cronistas
En la gloria secreta de tu vagón ritmado
Que no recordarán tus carceleros
No nacidos aún o apenas si nacidos
En Milán, en París, en Barcelona
De desdén laureados .../...
Pero ahora alguien tose, alguien llora, alguien canta
Alguien callado abre
Las altísimas puertas de su lenta agonía
En la paz entre cunas del mar petrificado
Abrazado sin fin de estepa en la negrura
Sin voz y deslumbrante de horizontes helados
Y ahora, como entonces, el fuego de la vida
Blanda, imperiosamente, te sigue cabalgando
Los pálpitos antiguos de todos los lenguajes
La entraña de poemas que respiras
Los poemas que escandes
Sobre el lamento helado y la tos insistente
Sobre la muerte sucia y el silencio futuro
De todos los profetas laureados
No nacidos aún o apenas si nacidos
Como si en tus poemas, dulce Nina, las luces
Clara estepa abrazaran
Con dones inflamados
Y oíd que los desnudos, los sin voz, los sin causa
Las montañas de muertos a gritos lo proclaman
Este poema mío que te dice y rescata
Este poema tuyo que su camino traza
Sobre el plomizo instante saturnal del odio
Por honda estepa de piedad en llamas.
De cuna a cuna helada nos rodea
Sin límites, helada, la estepa, Nina Gagen
Y no hay noche pascual ni amanecer tangible
Hacia el rumbo insistente, sin límites, helado
En tu vagón de harapos y ganado humeante
En la paz auroral de los blancos metales
Liberada por fin de tus torturadores
De camino hacia otros
Navegando la tierra de la muerte hecha tierra
Hecha niebla, hecha llaga y mar petrificado
En el plomizo instante saturnal del odio
Larga noche negada, sin nombre, sin cronistas
En la gloria secreta de tu vagón ritmado
Que no recordarán tus carceleros
No nacidos aún o apenas si nacidos
En Milán, en París, en Barcelona
De desdén laureados .../...
Pero ahora alguien tose, alguien llora, alguien canta
Alguien callado abre
Las altísimas puertas de su lenta agonía
En la paz entre cunas del mar petrificado
Abrazado sin fin de estepa en la negrura
Sin voz y deslumbrante de horizontes helados
Y ahora, como entonces, el fuego de la vida
Blanda, imperiosamente, te sigue cabalgando
Los pálpitos antiguos de todos los lenguajes
La entraña de poemas que respiras
Los poemas que escandes
Sobre el lamento helado y la tos insistente
Sobre la muerte sucia y el silencio futuro
De todos los profetas laureados
No nacidos aún o apenas si nacidos
Como si en tus poemas, dulce Nina, las luces
Clara estepa abrazaran
Con dones inflamados
Y oíd que los desnudos, los sin voz, los sin causa
Las montañas de muertos a gritos lo proclaman
Este poema mío que te dice y rescata
Este poema tuyo que su camino traza
Sobre el plomizo instante saturnal del odio
Por honda estepa de piedad en llamas.
El vagón de Kolimá
Ed. El Toro de Barro 2002
Otros poemas
de José Luis Giménez-Frontín
Grandes Obras de
El Toro de Barro
Coexistence es, a día de hoy, la primera y la única antología que ha podido reunir
en su sólo volumen antológico la poesía de tres poetas árabes y tres poetas judíos
comprometidos en un proyecto común, que no es otro que el de la reconciliación
de dos pueblos condenados a entenderse. No olvidéis jamás los nombres de estos
auténticos Hijos del Valor, de los que aquí os dejamos algunos de los poemas
recogidos en Coexistence:
Cada uno de los más de 6 millones de judíos asesinados bajo el régimen nazi, merecen poemas como éste, porque tras cada uno de ellos hay una vida y una historia personal y familiar, amaron y fueron amados, no eran "nadie" eran lo más importante para "alguien". Esta literatura tuya sobre el Shoah es entrañable, no puede dejarnos indiferentes, nos hace un llamado a no olvidar que somos humanos y que todo nuestro prójimo lo es. Y que somos iguales y hermanos en nuestro paso por la vida.
ResponderEliminarEso sin dejar de mencionar el valor poético de cada verso que seleccionas. Un abrazo Carlos.